Opinión
Somos los conguitos
¿Recuerdan? “Somos los conguitos, estamos requetebién…”

Laporta sigue impulsando nuevos patrocinios / Valentí Enrich / SPO
Hombre, “requetebién” no debemos estar si acudimos a la República democrática del Congo, pero lo cierto es que tenemos nuevo patrocinio. Sí, un acuerdo que ha levantado cejas, algún titular alarmista, y esa nube inevitable de moralismo de rasta y flauta que siempre aparece si se firma, además, con presencia de corbatas de Loewe. Lo acepto, la RDC no es precisamente Luxemburgo, pero quizá por eso mismo el acuerdo tiene mucho más valor del que aparenta.
No estamos hablando de una operación con una multinacional opaca o con criptomonedas patrocinadas por el primo de un jeque. Estamos hablando de un país real, con gente real, que necesita visibilidad y oportunidades para salir del agujero al que le someten los que les gobiernan. El Barça, con esta firma, gana un dinero con el que oxigenarse para poder seguir respirando (que buena falta le hace), y se posiciona estratégicamente en un continente joven, futbolero hasta la médula y conectado como nunca. Poner un pie en el país de Bandundu i Kananga, hoy, es sembrar marca Barça en una población de casi 105 millones de personas con una media de edad de 16 años, y eso no es caridad, es visión. Y hay más. Este acuerdo, si se gestiona con sensibilidad y astucia (que no se si lo habrán previsto), puede convertirse en un auténtico motor de transformación, y por una vez, podemos imponer no solo nuestro juego, sino nuestros valores.
El Barça puede y debe exigir que el patrocinio venga acompañado de obra social, de programas de inclusión, de igualdad, de lucha contra la explotación infantil, y lo que es más revolucionario, debe convertirse en el primer contrato deportivo con cláusulas éticas de la historia. ¿Existe riesgo reputacional? Todo. ¿El acuerdo puede indignar en alguna tertulia progre en Nou Barris y ser incomprensible en otra, pija, de la Bonanova? Seguro.
No es ideal asociarse con un pais que tiene más denuncias de Amnistía Internacional que puntos FIFA, pero seamos sinceros: ¿Cuándo dejó el Barça de caminar por el alambre? ¿Ahora vamos a rasgarnos las vestiduras porque el partner es africano y con problemas estructurales? Hombre, no. Esta vez, si se hace bien, el negocio puede ser más alentador que muchos de los establecidos recientemente… Así que, SÍ: Acnur en el culo y el Congo en el pecho. Lo sé, es raro, incómodo y lleno de contradicciones. Pero es una de esas paradojas maravillosas del fútbol moderno y podría acabar siendo una de las cosas más coherentes que ha hecho el club en años. Por favor. Háganlo bien.
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