Con rotaciones y contra doce

Unión Deportiva Las Palmas, 1 - FC Barcelona, 1

Unión Deportiva Las Palmas, 1 - FC Barcelona, 1 / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Vaya por delante que el Barça no jugó un buen partido, que ya desde el inicio, con el mensaje que enviaba el entrenador con los cambios que hizo en la alineación, todo parecía indicar que se pensaba más en el domingo que en lo que iba a pasar en los siguientes noventa minutos, pero finalmente la actuación del árbitro tuvo una incidencia determinante en el empate final. Digamos que entre las rotaciones y las decisiones de Mateu Lahoz, el Barça acabó jugando con un equipo con limitaciones y contra doce. Demasiados obstáculos. Empecemos por la alineación. Yo ya comprendo que el calendario es intentísimo, que encima obligan al Barça a jugar dos partidos en 69 horas, que los futbolistas son humanos y que hay que dosificarles, pero ya me es más difícil de comprender que, por ejemplo, Dembélé, que lleva muy pocos minutos en sus piernas, no tenga cabida en un equipo con muchos suplentes. Tampoco es normal que Coutinho no sea el que dé descanso a Rakitic. Total, menos desequilibrio y control. Se notó en el campo, donde solo Messi dio la auténtica medida de su categoría. Lo demás fue lento y pesado. Pocas ideas y escasas ocasiones. Puede que hubiese sido suficiente si el árbitro hubiera dejado al Las Palmas con diez al filo del descanso, pero...

Pero Mateu Lahoz dedidió echar una mano al Las Palmas, nunca mejor dicho. La expulsión de Chichizola fue de libro. Corta la internada de Suárez con la mano fuera del área y no hay historias ni rebotes en la pierna que valgan. La intencionalidad es manifiesta y el error, gravísimo, de nevera. Y luego, el penalty. Otra mano de Mateu al Las Palmas aprovechando una involuntaria de Digne. Una mano absolutamente distinta a la de Chichizola, pues el balón le viene del poste y no tiene tiempo de reacción para evitar el contacto. Fue todo tan descarado, que es para pensar mal, que es lícito imaginar que no interesa que la Liga se acabe tan pronto. O sea, ¡cuidado con el árbitro del domingo ante el Atlético!