Con Messi, todo siempre es posible

La eliminatoria ante el Nápoles no era fácil. Porque el Barça tenía muchísimo a perder en una temporada demasiado irregular y con demasiadas polémicas extradeportivas. Un gol del Nápoles al inicio o un partido duro hasta el final podría haber acabado en accidente, por lo que la victoria, y sobre todo el modo en que se dio, tiene mérito. El equipo blaugrana no estuvo brillante durante los 90 minutos, incluso perdió la posesión del balón en muchas fases del partido, pero este tipo de choques lo suelen decidir los cracks y Leo Messi. como siempre, no defraudó. Tenerle enchufado y en plena forma hace al Barça más favorito. Y eso también da confianza a sus compañeros.

EL EQUIPO CRECERÁ

Messi se echó el equipo a las espaldas en los momentos más dubitativos. Creó o provocó los córners -el segundo acabó en gol- y sentenció solito el partido con un gol y provocando un penalti. Incluso le anularon otro tanto más que dudoso. En cuatro intervenciones acabó con el Nápoles. El Barça, al que le ha falta autoestima y convencimiento en muchas fases de la temporada, debe crecer a través de la estela de argentino. Nadie se puede engañar. El equipo va muy justo y ahora se enfrenta a un Bayern que ha hecho el mejor fútbol de Europa tras el confinamiento, pero los alemanes no tienen a Leo en sus filas. Y le temen. Si este Barça es capaz de equilibrar fuerzas a base de esfuerzo, recuperando futbolistas importantes, el talento de Messi puede acabar decidiendo. Meritorio también el partido de los centrales y de De Jong. El holandés puede y debe ser pieza básica en esta Champions y ha recuperado esa frescura de inicios de curso. Con Messi, la Champions sí es posible.