Con Messi y Dembélé será distinto

Dembélé y Messi van a por todas

Dembélé y Messi van a por todas / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Antes que nada, hay que reconocer la importancia que tendrá el resultado del Clásico de esta noche en el devenir de la temporada. Quiero decir que el fútbol es un estado de ánimo y por mucho que el Barça le saque nueve puntos al Madrid en la Liga, si son los blancos los que pasan a la final de Copa, el efecto psicológico que tal situación tendrá sobre el Barcelona será difícil de gestionar.

No debería ser así, pero entre todos los ejércitos mediáticos de la capital intentarán que sí lo sea y hasta puede que lo logren. Eso sí, si es al revés, no cabrá ninguna duda de que el fin de ciclo de este Madrid es irreversible, pero aún así nos saldrán con el cuento de la Champions... Ellos siempre tienen un as en la manga para autoconvencerse de que no pasa nada.

Y si no, tienen el VAR. Pero bueno, a lo que iba, el Barça no debe entrar en ese juego perverso de la tergiversación de la opinión pública. El Barca debe ir a lo suyo, al fútbol, a jugar como sabe. Por ahí es más fuerte y ya verán como con Messi y Dembélé será diferente a la ida. 

El tridente decide

Sí, porque no debemos olvidar que en el Camp Nou no pudieron jugar Messi ni Dembélé. Bueno, Messi salió media hora y sin estar al cien por cien, pero aquel día, o aquella noche, el tridente atacante fue Malcom/Suárez/Coutinho. Como comprenderán, nada que ver con Messi/Suárez/Dembélé.

Y en el Barça es el tridente el que decide. En el Camp Nou, sin el talento de Messi ni la velocidad de Dembélé, la defensa del Madrid lo tuvo bastante más fácil de lo que lo tendrá hoy. Sin Messi, además, el efecto Alba quedó neutralizado por la desesperante lentitud de Coutinho en conducir o dar el pase en profundidad. Messi da sentido al juego y Dembélé lo revoluciona. Sobre la incidencia de Leo en el juego del equipo de Valverde poco hay que decir, pero quizá sí sobre la de Ousmane.

Su velocidad, regate, desmarque y disparo con las dos piernas son muy difíciles de defender. Ahí debe estar la clave del pase a la final.