Con los galones de gran capitán

Luis Suárez

Luis Suárez / VALENTÍ ENRICH

Albert Masnou

Albert Masnou

Habría que escuchar más y mejor a Luis Suárez tanto dentro como fuera del vestuario porque su forma de entender el fútbol solo puede enriquecer la manera tan especial que el Barça vive este deporte.

Se le fichó con la idea de aportar agresividad a un equipo que por aquel entonces estaba establecido en la indolencia con Tata Martino en el banquillo. Suárez, pese a la sanción, se adaptó a un estilo que le era ajeno y despertó al Barcelona hasta llevarle a la conquista de diez títulos nacionales y tres internacionales. Hasta convertirse en el cuarto máximo goleador de la historia del club tras Messi, César y Kubala.

Suárez es leyenda ya en el Barcelona y solo por eso es motivo de que su voz resuene con fuerza en los rincones del Camp Nou y del vestuario azulgrana. Igual de alto que la música ensordecedora que suena el Camp Nou. Igual de trascendente que cuando habla Messi.

No hace bien en callarse porque el Barça necesita jugadores temperamentales como él. Directo, bravo, lejos de las bravuconadas de quien estos días entrena en Barcelona pero vive en Madrid y que no puede jugar el partido transcendental de la Champions por una absurda acción. Cuando haya pasado la Davis.

No hay otro como él Suárez tiene 32 años y lejos de ser pasado sigue siendo presente para el Barça y para el fútbol porque en el mercado no hay un delantero centro como él. Sigue siendo el mejor por lo que la secretaría técnica se debe esforzar y mucho en la búsqueda de una nuevo delantero centro porque, hoy por hoy, no lo va a encontrar. El Barça debe exigir a los suyos para que den lo mejor de sí mismos porque baluartes como Suárez no hay.