Con Dembélé se agota el tiempo

Dembélé, en el punto de mira

Dembélé, en el punto de mira / Valentí Enrich

Ernest Folch

Ernest Folch

Hay ‘caso Dembélé’. Todos los focos apuntan hoy al jugador blaugrana básicamente porque sigue dando claros síntomas de inadaptación. Antes de nada empecemos por resaltar lo positivo: el jugador francés había arrancado esta temporada con unos buenos números (6 goles, 2 asistencias), y sus tantos le han dado al Barça bastantes puntos, y algunos decisivos. Sin ser titular, ha logrado asentarse en su rol de jugador número ‘12’, un papel que puede que no fuera el que tenía asignado cuando se le fichó, pero que en cualquier caso da al equipo un ‘plus’ de recursos y competitividad cuando se tuercen los partidos. Ahora bien: fuera del terreno de juego se le ve disperso, con problemas de alimentación y de horarios, Valverde se ha desperado con él visiblemente en más de un partido por lagunas de concentraciones y cada día parece más aislado del grupo. RAC1 desveló ayer que el club tardó el jueves una hora y media en localizarlo porque no se presentaba al entrenamiento y este periódico explica hoy que el vestuario empieza a estar cansado de su actitud. Nadie duda que Dembélé sea un muy buen jugador, con un gran potencial y unas aptitudes físicas fuera de lo común, pero también hay consenso que es un diamante al que queda mucho por pulir. Está ya en su segunda temporada, y se agota el tiempo: o endereza rápidamente el rumbo o obligará el club a venderlo y, probablemente, a mal venderlo. Esto es el Barça, y en el Barça, por suerte o por desgracia, el tiempo pasa rápido y dicta sentencia. Con Dembélé, el precio desorbitado que se pagó por él, bajo la presión de la marcha de Neymar, condiciona sin duda todos los juicios que se hacen. No es lo mismo costar 35 millones que 120, ni es lo mismo llegar como una apuesta que aterrizar como un ‘crack’ para sustituir a Neymar. Las próximas semanas van a ser decisivas. Y lo que es indudable es que el jugador ya no puede dar ni un paso en falso más.