¿Compromisarios comprometidos?

El nuevo escudo no llegó a votarse en asamblea

El nuevo escudo no llegó a votarse en asamblea / V. Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

Creo que ya se ha escrito y se ha dicho casi todo sobre lo acontecido el pasado sábado en la Asamblea de Socios Compromisarios del FC Barcelona. ¿O no? Una convocatoria que provocó la atención del barcelonismo y de su entorno porque, por primera vez desde hacía muchísimos años, se tumbaron varias propuestas de la junta directiva. 

Sin embargo, tarde o temprano deberemos hablar en profundidad y con valentía no del envoltorio, sino del contenido y preguntarnos, sin ambages, si el actual modelo de representación de una masa social de 142.000 socios debe ser el actual. ¿Es lógico que la opinión de menos de quinientas personas decidan por más de cien mil e influyan decisivamente en el desarrollo de una entidad?

La palabra “compromisario” significa eso, compromiso, representar a tus consocios.  Y añadiría otra palabra que está muy de moda en los últimos tiempos: empatía. Y esto, nos guste o no, no está ocurriendo en las asambleas anuales del FC Barcelona.

Los compromisarios, de forma mayoritaria, pasan olímpicamente de ese privilegio. El pasado sábado día 20, estaban convocados 4.500 socios. ¿Cuántos acudieron? Sí, sí, ya sé que cada año pasa lo mismo, pero no por ello debemos mirar hacia otro sitio e ignorarlo.

Debe saberse que el club llamó anticipadamente  a la gran mayoría de socios, uno a uno, para tener constancia fehaciente de su participación. Miles de llamadas. Por cada socio que dijo que no podría acudir, el club  telefoneó a otro socio de la lista de compromisarios suplentes, una figura que se creó en la amplia modificación estatuaria que lideró la junta actual.

Todos tenían a su disposición dos invitaciones para acudir con familiares o amigos a ver después un gran partido, el Barça-Sevilla. Disponían de aparcamiento, obviamente, e incluso de un suculento descuento del 30% en la Botiga. ¿Qué más debe hacer  el FC Barcelona para incentivar la participación?  Y repito la pregunta: ¿cuántos compromisarios acudieron?

Después, ya en la asamblea, sucedió lo que todos sabemos y, por lo tanto, no vale la pena repetirnos. Sin embargo, también ocurrió un hecho que ha pasado desapercibido y que, a mi modo de ver, refleja ese desapego de un sector de los compromisarios hacia su cargo y responsabilidad representativa. A las 12,45 horas se votó la liquidación del ejercicio económico 2017-18. Votaron 870 socios. A las 13:40 se procedió a la votación del presupuesto del ejercicio económico 2018-19. Lo hicieron 824 socios. Después hubo un receso para el refrigerio en la Pista de Gel.  Un cátering de calidad, por cierto. A las 15.21 horas se ratificaron a los nuevos miembros de la junta directiva. ¿Saben cuántos compromisarios había en el Palau Blaugrana en ese momento? ¡¡¡488 socios!!! ¿Dónde estaban? ¿Se fueron a su casa después de comer?  Estamos hablando de 382 socios menos respecto a la primera votación. Una auténtica barbaridad. Que alguien me lo explique.

Después del polémico tema del escudo, se tumbó la reforma de los estatutos de índole económico. A las  17,51 minutos  votaron 503 socios.  ¿Esto le parece bien al resto de 141.400 socios del club? ¿De verdad?

Que el FC Barcelona sea propiedad de sus socios es extraordinario y así debe seguir siendo siempre, pero estamos en 2018 y alguna cosa debería hacerse para que sea lo más democrático y representativo posible. Me pregunto qué tendría de malo poder ejercer el voto electrónicamente después de abrir un periodo de información. Si un socio puede ceder su asiento a través de la web del club, ¿por qué no puede dar su opinión sobre todos los puntos del orden del día de una Asamblea? Hay herramientas para garantizar la seguridad de todas las votaciones. Si hoy en día te puedes comprar cualquier producto por Internet usando tu tarjeta de crédito, ¿no se podría votar? El FC Barcelona, tan pionero y avanzado en tantas cosas, tiene una asignatura pendiente en este tema. Tarde o temprano deberá hacer algo.