¡Cómo hemos cambiado desde el 12-1!

Decir Malta en el fútbol español es decir 12-1. Es automático, tal fue el impacto de aquella noche del 21 de diciembre de 1983. Decir Malta es decir Señor, el centrocampista del Zaragoza que marcó el duodécimo, el gol del éxtasis, de la clasificación milagrosa. Decir Malta es decir Santillana y Rincón, que marcaron cuatro goles cada uno. Decir Malta es decir Bonello, el portero rival que aseguró antes del partido que si le metían once goles (en principio solo había que marcar once), no regresaba a su país. Fueron doce, así que pudo volver. Bonello se convirtió en todo un personaje, le acusaron de todo y nada bueno, claro, se rumoreó que le habían regalado un apartamento en Torrevieja, como los del “1,2,3 responda otra vez”, y acabó protagonizando el anuncio de una cerveza como el “amigo perfecto”. 36 años después, su hijo es el portero de Malta. ¡Tremendo!

Luis Enrique tenía trece años y, probablemente, su ídolo sería Maceda, central de su Sporting, que marcó dos goles y ficharía dos años después por el Madrid. Por cierto, ¿saben cuánto pagó Ramón Mendoza por Maceda? Pues 70 millones de pesetas (420.000 euros de nada de hoy en día). Otro figurón de aquel equipo, el bético Gordillo, también se iría al Madrid por 140 millones (840.000 euros), y firmó un contrato a razón de 50 millones de pesetas por temporada (300.000 euros), cuando hoy cobraría no menos de ocho millones (1.330 millones de pesetas)... ¡Cómo hemos cambiado! Aquel fútbol del 12-1 cambió para siempre con las sociedades anónimas, la televisión y la ley Bosman. Chorro de millones y extranjeros sin límite. Los club grandes se volvieron grandísimos y los demás, poco menos que simples comparsas. Miren, aquella Liga la ganó el Athletic, como la anterior. Y las dos anteriores fueron para la Real Sociedad. Esto ahora es inimaginable. A partir de entonces, el Barça ha ganado 16 Ligas, el Madrid, 13, el Atlético, 2, el Valencia, 2 y el Depor, 1. Y el Barça llevaba una sola Liga desde ¡1960! Una Liga en 23 años... ¡cómo hemos cambiado! ¿Para bien? Probablemente... ¿O no?