¡Cómo ha cambiado!

El pasado 29 de setiembre las cosas en Can Barça no pintaban como ahora: aquel sá bado en el Camp Nou contra el Athletic, Munir igualaba el resultado en el minuto 84. Se venía de empatar con el Girona y de perder contra el Leganés. Como ya es habitual, prensa y  afición fruncían el ceño y se preguntaban si a Valverde y al equipo le faltaban virtudes tales como fuerza, valentía y definición.

Además, la posterior lesión de Umtiti hacía pensar en una defensa desprotegida. Pero en el siguiente compromiso se viajó hasta Inglaterra para enfrentarse al Tottenham, y allí el equipo cuajó un partido brillante. Valverde repitió titularidad para Arthur y se confirmó que tenemos una joya que, posiblemente, nos dará muchas satisfacciones.

El equipo regresó con 4 goles en el bolsillo y con un partido bien llevado que daría mucha confianza, sobre todo ante el calendario complicadísimo que se avecinaba. Nos esperaban Valencia, Sevilla, Inter de Milán y Real Madrid, lo que hacía presagiar unas semanas difíciles, especialmente después de la lesión de Messi. Pero mira por dónde, ante los peores vaticinios del culé pesimista, no solamente se ha superado el trauma de estar sin Leo, con el que se le marcaron 4 goles al Sevilla, sino que además se ganó con autoridad al Inter, se arrolló al Real Madrid, y después de ganar a la Cultural y al Rayo, eso sí, con cierta displicencia, se empató injustamente en San Siro, después de desperdiciar varias ocasiones de gol y de poseer el balón con mucho oficio.

El partido del martes, a pesar del empate,  me dejó muy buena impresión, porque incluso Coutinho, Arturo Vidal o Malcom, un jugador que algunos ya le pedían el taxi para que se fuera, estuvieron al 100%. Solo Dembélé me parece que sigue estando como en otro equipo. Este chico por mucho que lo intenta, le sale una entre diez, a veces está y a veces no, pierde balones y solo ha sido eficaz chutando a puerta. Se espera mucho más de él, y si al llegar a final de temporada no nos lo ha dado, el taxi se lo pido yo.