El club del carácter y la experiencia

Ernesto Valverde, entrenador del FC Barcelona

Ernesto Valverde, entrenador del FC Barcelona / JAVI FERRÁNDIZ

Jordi Costa

Jordi Costa

Cuando Valverde no quiere asumir alguna de las decisiones que toma el club en la confección de la plantilla, se le nota a la legua. Sucedió con Yerry Mina, con Malcom y ahora con la sustitución de Munir por Boateng. A juzgar por sus palabras de ayer, el Txingurri se hubiera quedado con lo que tenía.

El secretario técnico, Éric Abidal, esgrimió que el Barça prescindió de Munir en cuanto supo que no quería seguir la próxima temporada, pero no completó el discutible razonamiento según el cual traer un pedazo -además con fama de extravagante- como Boateng sea mejor que agotar los seis meses de contrato que le restaban al marroquí.

Todo ello no quiere decir que Boateng no pueda dar un buen rendimiento cuando se le requiera, puesto que le avala su trayectoria por varias ligas de primer nivel. Pero está claro que se le exige una adaptación inmediata porque el calendario no espera a nadie.

¿Boateng titular?

Y, a la vista del cambio de posición de Valverde respecto a las rotaciones en esta fase de la temporada -la no convocatoria de Messi Busquets para Sevilla es reveladora- quién sabe si el ghanés va a tener más minutos de los que le suponemos.

En cualquier caso, los movimientos del Barça en el mercado de invierno delatan una planificación de inicio de temporada discutible, y ya se sabe que cuando vas a las rebajas y sin un euro, no te van a vender a Harry Kane.

La parte positiva de la llegada de Boateng es que es una solución temporal y que no hipoteca al club de cara a la compra de un delantero centro, del relevo de futuro de Suárez, que podrá afrontar con tiempo en verano. La mala, que el futuro de esta temporada es ahora.

Perfiles extraños

Por último, pero no menos importante, seguro que es bueno para una plantilla disponer de futbolistas variados, pero sucede que, últimamente, los perfiles extraños al estilo del Barça llegan con tanta asiduidad como los homologables.

Un día fichan a Arthur pero a continuación llega Arturo Vidal, refuerzan la defensa con Lenglet pero en la siguiente ventana traen a Murillo de emergencia, y tres cuartos de lo mismo con Boateng. Con el mismo argumento que cuando ficharon a Paulinho.

La cancioncita de que son futbolistas con experiencia y carácter, y que no pasa nada si te tienes que jugar con ellos una eliminatoria de Champions porque son competitivos y no les temblarán las piernas. Aunque sea por omisión, es tanto como insinuar que los futbolistas del perfil Barça no son competidores fiables. Y a mi eso me suena a regreso al pasado.