Dos clásicos para dos finales

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona / Valentí Enrich

Gerard López

Gerard López

Caprichos del destino, y del calendario, el Barça tiene la oportunidad de solventar la temporada curiosamente contra su gran rival, el Real Madrid. Serán dos auténticas finales y coincidirá que ambas se disputarán en el Camp Nou. Panorama perfecto para los azulgranas y la ocasión de redondear una gran temporada.

Si ya la primera final de este año se la ganó el FC Barcelona al Real Madrid semanas atrás en la Supercopa de España, ahora llega la oportunidad de repetir, y por partida doble, empezando por el clásico de Liga de este domingo. La gran victoria en San Mamés permitió mantener la ventaja de nueve puntos sobre el Real Madrid. Si el equipo azulgrana es capaz de ganar a los blancos, la Liga estará sentenciada. Con 12 puntos y 12 partidos por jugar, junto a la solvencia que está mostrando el equipo de Xavi, para mí sería más que suficiente para sentirse el Barça campeón de Liga, aunque lógicamente no se pueda gritar al cielo ni así decirlo los jugadores y técnicos. 

Si el clásico termina en empate también estaría muy adelantada la consecución del título, pues se mantendrían los nueve puntos de diferencia actuales con 36 en juego. Solo la derrota dejaría una cierta duda, aunque el equipo barcelonista seguiría dependiendo de sí mismo con una ventaja de dos partidos. También será en casa la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, con el añadido de haber conseguido un muy buen resultado en el Santiago Bernabéu, un 0-1 que hace favorito al Barça para llegar a una final en la que debe ser superior al otro contendiente, ya sea Osasuna o el Athletic Club. 

Así que el destino ha propiciado que todos los títulos que el Barça puede levantar esta temporada se vean directamente relacionados con su máximo rival. Es un arma de doble filo, pues aparte de poder ganar tú, impides directamente que lo haga el Real Madrid, con lo que psicológicamente te quitas de encima esa mala sensación de no haber podido apenas levantar títulos en los últimos años -la Copa del Rey con Koeman antes de la reciente Supercopa-mientras tu rival sí los conquistaba. Escenario ideal para desatar la tormenta perfecta. Por mucho que en Madrid ahora solo se hable del tema arbitral y se quieran tapar las carencias de los blancos respecto al Barça actual, en ningún caso la consecución de estos títulos se vería manchada por nada que no sea el tema deportivo. Así que panorama perfecto para asestar un doble golpe al eterno rival y máxima concentración e implicación de los jugadores y técnicos durante esta semana para preparar bien y con garantías la ‘final’ del domingo.

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