El clásico revitaliza al mejor Barça

Ansu rozó el gol de chilena

Ansu rozó el gol de chilena / Valentí Enrich

Pichi Alonso

Pichi Alonso

 El Barça no supo encontrar la manera de jugar y hacer daño al Real Madrid. El reto era contrarrestar la gran virtud de los blancos: su velocidad para buscar las espaldas de los defensas y encarar con peligro el marco rival. Transcurridos 18 minutos, el Madrid había generado cuatro transiciones rápidas y con remate final. Curiosamente, el gol del Madrid llegó en un error de Busquets en una de sus grandes cualidades: la protección del balón. Benzema presionó y Vinicius definió viniendo al espacio

En un partido con cierto equilibrio en la posesión y en las llegadas, los de Ancelotti se sentían cómodos tal y como encaraba un Barça con consigna de no correr, pausando el choque rehuyendo las idas y venidas. La grandeza del fútbol es que, una vez más, Luuk de Jong salió al rescate en una acción afortunada. Ver para creer. 

CAMBIOS Y REACCIÓN

Tras el descanso, dos hechos notables: Pedri regresó y el Barça reaccionó de una forma evidente. Mayor intensidad y ocasiones de gol más peligrosas. Y eso que el gol de Benzema fue un mazazo en toda regla. 

Xavi también se mostró intervencionista y valiente a la hora de mover el banquillo. Con el marcador en contra, los azulgranas afrontaron el tramo final del clásico con cuatro delanteros sobre el terreno de juego. Uno de ellos, Ansu. Y ya se sabe que Fati está casado con el gol. El canterano no falló y devolvió la segunda igualdad al marcador. A mi juicio, la principal lección a extraer tras el clásico es que este Barça, con todo su arsenal ya a disposición de Xavi, sí puede competir con cualquiera. Ayer lo hizo frente al Madrid, el líder indiscutible de la Liga. Intensidad y ritmo que le equipara a los grandes de Europa.