El clásico y el gran error de Zidane

A Zidane se le cayó el mundo encima tras perder el Clásico

A Zidane se le cayó el mundo encima tras perder el Clásico / MARC CASANOVAS

César L. Menotti

César L. Menotti

Después de ver el clásico, me quedó la sensación que fue el que más fácil ganó el Barcelona en los últimos años. Aun juntándolo en el Bernabéu vi al equipo de Valverde muy cómodo en la condición de visitante ante un Real Madrid que alteró sus formas para controlar a Messi.

Me pareció un gran error el de Zidane. Ha pasado con los equipos que enfrentaban a Pelé, a Cruyff y a Maradona: cuando un equipo se desarma para controlar a un jugador, a fin de cuentas termina disolviéndose y perdiendo por alguna genialidad de estos mágicos. No le salió bien al francés que además pareció no tener una buena tarde su equipo en sus intentos de frenar a Messi.

El Barcelona de Valverde cuenta con la pacificación entre el entrenador y sus jugadores y con una relación con su fútbol que ya es histórica y que aflora también en los partidos importantes. Cambiaron algunos interpretes pero el estilo Barça no se modifica según el adversario y eso en el equipo se traduce en seguridad.

Si sumamos que también perdieron el Atlético y el Valencia, el equipo blaugrana tiene encaminado el título de Liga y llega envalentonado a la definición del resto de las competencias.

Volviendo el juego del Madrid, este perdió desde el planteamiento del marcaje personal de Modric a Messi. Porque perdió al croata para el armado del juego colectivo y le sumó un problema a su equipo que jugaba con diez hombres porque no hacía ni una tarea ni la otra. El Barça ganó un clásico que será recordado como uno de los más fáciles que resolvió. Y no solo por la actuación de Messi sino por la ayuda que recibió del Madrid.

messi es un ángel. Más allá de la genialidad con la que siempre nos sorprende, a mí lo que más me asombra es la sencillez de su juego. Todo es su fútbol está concebido al servicio del juego colectivo. Messi puede no tocar la pelota 3 minutos pero siempre está alerta, siempre preparado y en su cabeza ya está la siguiente jugada en la que él va a participar y hacer participar a sus compañeros.

Ante la dificultad de definir, no lo duda: busca el pase-gol. Es lo que lo hace diferente a Cristiano, que necesita marcar siempre para decir “yo estoy acá”. Messi no lo necesita. No necesita siquiera marcar un gol porque su presencia es la construcción del fútbol de su equipo. Asistir un gol ya sin botín es la expresión máxima de su compromiso con el juego colectivo.

Ojalá en Argentina lo tengamos en este nivel en el Mundial. Me ilusiona y me maravilla su juego y su crecimiento.