¡Qué poca clase… política!

El COE retira la candidatura a los Juegos de 2030

El COE retira la candidatura a los Juegos de 2030 / Rodrigo Jiménez

Carles Sans

Carles Sans

Hasta Pau Gasol, uno de los deportistas más estrellados del panorama deportivo español, un ejemplo del españolismo deportivo, tal vez superado únicamente por Rafa Nadal, se ha atrevido a opinar acerca del descalabro cometido por nuestros políticos que no han sido capaces, una vez más, de remar juntos y en la misma dirección para conseguir unos Juegos Olímpicos de Invierno en territorio catalano-aragonés.

Al parecer el malo de la película esta vez no ha sido los independentistas catalanes, sino que, según el COE, ha sido el Presidente de Aragón que no ha transigido en ninguna de las propuestas y contrapropuestas que ha tenido sobre la mesa. Unos por otros, la casa sin barrer. Un ejemplo más de la inoperancia, del enrocamiento y de la estulticia política que hace de este país un lugar tóxico y difícilmente gobernable. Con la rotura y la consecuente retirada del proyecto, se pierden millones en inversión, miles de puestos de trabajo y una oportunidad más de poner a España en el centro del deporte mundial.

Ahora es el momento de los ofendidos. El bando catalán se siente decepcionado y se lamenta que el COE no le haya sabido parar los pies a Lambán; qué pena de convivencia que hemos tenido siempre con nuestros vecinos aragoneses; de qué poco sirve entrar en absurdas competencias cuando lo suyo sería colaborar para ganar todos. Por supuesto, el más ofendido dice ser el señor Lambán porque, al parecer, no era equitativo el reparto de pruebas y que la propuesta le parecía injusta. ¿No les parece un poco infantil? Esa cosa de que tú tienes más que yo y no quiero…

También ofendido el Comité Olímpico Español porque dicen que el presidente aragonés no ha respetado el acuerdo técnico. En cualquier caso, la candidatura ha naufragado y la vergüenza es nuestra. Este país le quedan pocas razones para estar orgulloso de quienes han de llevarlo por la senda de la prosperidad, el desarrollo y el bienestar. Un motivo más par descreer en ellos.