Opinión
Cinco extremos que podrían jugar en el Barça
Ser muy bueno no es suficiente para adaptarse en esa posición vestido de blaugrana
Si regresamos al futbol del siglo XX veremos que los jugadores determinantes, prácticamente todos, eran extremos. Eran ellos los grandes generadores de goles, marcando o asistiendo. Era un fútbol en el que los laterales no eran muy ofensivos y tampoco los interiores entraban tanto desde la segunda línea o en zona de finalización. Aún eran más posicionales. Había excepciones, claro. Ahí están Pelé, Maradona o Cruyff, que tenían esa capacidad y por eso fueron los mejores durante una etapa muy longeva en su tiempo.
Los extremos entonces, de forma imprescindible, eran muy rápidos, con un cambio de ritmo destacable, llegando a línea de fondo para centrar, asistir por arriba o con los famosos pases de la muerte. Tampoco se les exigía ser muy buenos técnicamente ni ser talentosos. Sí debían tácticamente entender su función para desequilibrar en el momento oportuno o, simplemente, con un autopase llegar y centrar. Eran futbolista con una gran intuición, agresividad y convicción a la hora de desbordar. Se les valoraba por el porcentaje de jugadas acabadas, ya fuera llegando, centrando o asistiendo. Por eso sobresalía más la velocidad que la técnica, más el cambio de ritmo que la finalización.
Los diestros jugaban por la derecha y los zurdos, por la izquierda. No se les pedía entrar por dentro ni asociarse ni tener la capacidad de jugar por ambas bandas. Para ellos adentrarse en el centro del campo era incómodo, un espacio ‘prohibido’, siempre abiertos. Tampoco se les exigía trabajar en fase defensiva porque para eso ya tenían a laterales cubriéndoles las espaldas. Eran jugadores de altura más bien baja, con una potencia destacable, fuertes y tenían un tren bajo corto con cuádriceps e isquiotibiales muy marcados. Entre esa raza casi extinguida estaban Garrincha (Brasil), Abramczik (Alemania ), Bertoni (Argentina), Johny Rep (Holanda), Juanito o Txiki Begiristain (España ), Stoichkov (Bulgaria), etc… Por supuesto, la gran mayoría de los equipos o casi todos jugaban con un sistema 4-3-3 o algunos con un 4-4-2 posicional con una alta exigencia en los extremos.
Con el gran Johan Cruyff empezó el cambio importante en la vida de los extremos y en el fútbol en sí. Con la incorporación de los laterales al ataque, Johan pedía a los extremos que dejaran la banda y entraran por dentro, actuando como mediapuntas o incluso delanteros. Esto requería buscar-fichar a extremos técnicamente bien dotados, hábiles en espacios reducidos y tácticamente polivalentes, capaces de jugar en varias posiciones. Laudrup, por ejemplo, no era muy rápido, pero al entrar desde la banda hacia adentro, se convertía en un genio con su pase en profundidad, el juego asociativo en espacios cortos y su manejo del balón con las dos piernas, sobre todo en conducción. El danés era exactamente el tipo de extremo que quería Johan. De hecho, fue curioso ver cómo llegó de la Juventus, donde era suplente, y Johan le convirtió en uno de los mejores de Europa. Stoichkov, por su parte, además de extremo, era capaz de meterse entre líneas, llegar, asistir o marcar.
Goikoetxea hizo otro recorrido y de ser el típico extremo, pasó a convertirse en lateral de largo recorrido. A partir de estos movimientos de visionario, grandes equipos y grandes entrenadores de Europa empezaron cambiar y a copiar el sistema de Johan y el papel de los extremos. Todos esos movimientos nos permitió ver un fútbol más creativo, con más movilidad, con intercambio de posiciones, con mayor posesión, jugando en todas las direcciones, incluso con el portero…
Toda esta revolución ha supuesto con los años una transformación de los extremos que repercute también en la exigencia formativa desde el fútbol base. En definitiva, en la metodología de trabajo. También ha supuesto un cambio muy marcado a la hora de jugar con extremos a pierna cambiada y atacando más por dentro que por fuera. Por eso han ido apareciendo jugadores como Messi, Henry, Neymar, Ribery, Griezmann o incluso, cuando él quería, Ronaldinho.
A este cambio se sumaron Van Gaal, Rijkaard, Ancelotti o Guardiola, aunque Pep además era y es muy exigente en la presión y la actitud defensiva, lo que supone aún más desgaste sin balón para los extremos y les condiciona tener mayor frescura en ataque. Hoy en día se sigue jugando, incluso de forma más marcada, con extremos a pierna cambiada. Es muy raro ver a un equipo con los extremos jugando en su banda natural.
No todos valen para el Barça
Por eso hoy hay muchos tipos distintos de extremos según su calidad técnico-táctica, velocidad, personalidad, talento, continuidad en el rendimiento, físico… Y todos, aunque puedan ser muy buenos, no sirven para cualquier equipo ni, sobre todo, para según qué equipo top. Depende mucho del entrenador y de sus exigencias ofensivas y defensivas, de la profesionalidad en los entrenamientos, del vestuario, si encajan o no, incluso de su ego. Todo influye.
A partir de ahí, voy a dar algunos nombres que, según mis gustos y punto de vista, podrían jugar en los mejores equipos de Europa y, sobre todo, me fijaré en si pueden jugar en el Barça. Eso sí, me voy a centrar en extremos que puedan jugar por la izquierda porque en la derecha está Lamine Yamal, cuyo rendimiento invita a no buscar a nadie porque nadie le mejora y que, en el caso de que sufriera algún percance en forma de lesión o sanción, siempre podría dejar su posición a Raphinha, así que esa plaza el Barça la tiene bien cubierta.
En qualquier caso, hay que estar siempre atento al mercado, tener a jugadores controlados, hacer seguimiento, estar preparado por si se presenta alguna urgencia por necesidad y hay que ir analizando el rendimiento de extremos tipo Lamine Yamal aunque no tengan su talento descomunal. Se trata de futbolistas como Saka (Arsenal), Salah (Liverpool), Kubo (Real Sociedad), Quenda (Sporting Lisboa), Ben Seguir (Monaco) o Adingra (Brighton), pero también hay que monitorizar a extremos que aunque puedan estar en horas bajas siguen teniendo ese talento y calidad que les hace interesantes como Sané (Bayern) o Antony (Manchester United).
Si hablamos de extremos que juegan por la izquierda siendo diestros y podrían jugar en el Barça, creo que hay que citar a Barcola (PG), Leao (Milan), Nico Williams (Athletic), Kvaratskhelia (Nápoles), Luis Díaz (Liverpool) o incluso Isak (Newcastle), que delantero centro pero podría jugar, porque lo ha demostrado, como extremo izquierdo. Incluyo aquí a Savinho (Manchester City), aunque obviamente es imposible de fichar porque llegó hace nada al equipo de Guardiola. Además, es de los pocos que podrían jugar por las dos bandas.
Barcola (PSG)
Es un extremo muy hábil, con buen físico, rápido, con muy buen dominio de balón en plena velocidad, desequilibrante en espacios abiertos y, sobre todo, dentro del área, donde hay que tener una velocidad de ejecución muy rápida. Asiste y marca, el rendimiento en los partidos importantes es destacable y demuestra una personalidad y autoconfianza muy destacable.
Leao (Milan)
Es posiblemente el extremo más completo a nivel técnico-táctico en Europa, añadiendo capacidades físicas imponentes como potencia, velocidad, cambio de ritmo y fuerza, además de ser capaz de asistir y marcar goles espectaculares a través de jugadas individuales de auténtico crack. Eso sí, el rendimiento al más alto nivel en continuidad no es su virtud. Y esto es muy importante.
Nico Williams (Athletic)
Es un extremo ideal en espacios abiertos y transiciones ofensivas y está prosperando y mejorando en el desequilibrio en espacios reducidos y en los últimos metros, demostrando, como vimos en el Europeo, personalidad, ambición y carácter, pudiendo competir en los grandes partidos, contra grandes laterales. Es valiente y atrevido y tiene un gran regate en seco al que añade un cambio de ritmo destacable. Si debe mejorar en algo sería en la efectividad y la finalizacion de cara a puerta.
Kvaratskhelia (Nápoles)
Es un extremo ambidiestro, con características similares a Nico Williams, con más gol (17 en 40 partidos con Georgia, lo que tiene mucho mérito). Mostró un gran rendimiento de forma regular con el Nápoles de Spaletti ganando el Scudetto la temporada 22-23. Tiene muy buena edad (23 años) y da la impresión de tener la personalidad adecuada para jugar en equipos tops de Europa.
Luis Díaz (Liverpool)
Le conozco muy bien de su etapa en el Porto, donde le seguí mucho porque tenía dudas sobre su rendimiento. En lo referente a su talento, calidad técnica no hay dudas. Es decir, le he visto capaz de lo mejor, con jugadas espectaculares, marcando goles, sorprendiendo con decisiones llenas de talento, de auténtico crack, pero también capaz de desaparecer durante el partido, de desconectar y perder balones inesperados. Incluso llegó a ser suplente tanto en el Porto como actualmente en el Liverpool por esa misma razón. En los grandes equipos rendir en continuidad es muy importante, es clave y hay que tenerlo en cuenta.
Resumiendo, ser extremo de un grande, especialmente del Barça, pide tener sin duda una gran calidad técnico-táctica, velocidad, desequilibrio tanto en espacios abiertos como reducidos, pero sobre todo es imprescindible ser regular en el rendimiento y tener personalidad, confianza en uno mismo y velentía. Son virtudes necesarias que suelen aparecer en los partidos grandes, que es donde en realidad se puede descubrir a un futbolista.
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