El chut de Vinicius iba al corner

Vinicius celebra el gol

Vinicius celebra el gol / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Desde que le meten “dos cojones” a su fútbol, el Real Madrid parece otro equipo ¿a qué sí? Ah, que sigue siendo el mismo, puede, sí, pero uno tiene la sensación de que empieza a ser cierta esa tesis de que el señor presidente (casi dueño) ha decidido (lo digo por la pachorra con la que se está tomando la crisis) que ésta puede ser una temporada de transición, dadas las Champions que lleva acumuladas.

De lo contrario, cuesta cree que el ‘ser superior’ haya depositado toda su confianza (¡ah!, que no la ha depositado, vale, vale) en el bueno de Santiago Solari, que, ya el primer día, dijo que había que jugar “con dos cojones”, característica que se le suponía al Real Madrid (sin haberlo verbalizado nunca) y que, sabido es, no suele ser la mejor filosofía para un deporte donde intervienen 11 futbolistas y algo más. Es más, si juegas “con dos cojones” durante 90 minutos, igual acabas con ocho jugadores.

Lo que quiero decir es que, mientras el Barça ya gana como ganaba el Real Madrid (es decir, en los minutos de la basura, ‘in extremis’ y sin Leo Messi), los blancos parecen haber encontrado la piedra filosofal de su nuevo proyecto, que no es Bale, ya ven, ni siquiera Asensio, al que le podría sacar partido en enero, ni Isco, que está hasta pasado de peso (creo), ni Courtois, sino Vinicius Júnior, que es, vaya, menuda casualidad, el nuevo (futuro) galáctico que se inventó ‘Flo’, de ahí que Solari, que esta loquito por seguir, lo ponga en cada partido.

Yo, en Kuala Lumpur, vi, muy de madrugada al Real Madrid ante el bueno del Valladolid y, luego, continué con el Barça en Vallecas. Y, la verdad, parece un milagro que sean quienes son. Eso sí, flipé de la manera que los azulgranas, con un equipo cogido por alfileres, remontaron un partido que, por dignidad, alineación, plantilla, presupuesto y, como había anunciado Ernesto Valverde, “precedentes muy recientes”, deberían haber ganado fácil y, más, poniéndose por delante en el marcador al cuarto de hora.

Ahora bien, les diré que lo que más me sorprendió, no fue solo la manera aburrida de jugar del Real Madrid de Solari, sino la forma en que ganaron, pues les recordaré que el chut a puerta de ese nuevo fenómeno blanco, nacido para vestir esa camiseta y escogido para levantar a la afición merengue de sus asientos, iba más allá del corner, es decir, casi, casi, a la banda opuesta por donde penetró en la portería visitante…después de que rematará un defensa del Valladolid.

No digo que no fuera gol. No digo que ya es, y mucho, que Vinicius Júnior salga y lo revolucione todo. Digo que yo, de los blancos (perdón, de los medios de comunicación promadridistas) esperaría un poquito a decir que Vinicius es el hombre y que Bale debe ser traspasado antes del mercado de invierno o, así, de pronto, puesto a invernar pero ¡ya!

Y es que el Real Madrid ha perdido tanto, tanto, que mejor nos esperamos un poquito para saber si lo que está pariendo Solari es un nuevo equipo o, simplemente, trata de mantenerse en el puesto porque Florentino Pérez no sabe qué hacer, a quien fichar o dónde invertir el dinero, si en convertir el Bernabéu en la nueva Capilla Sixtina, empezar a dialogar ya con el padre de Neymar o aceptar todas las condiciones que, dicen, ha puesto Conte, que se huele la tostada.

Visto lo visto, al Barça le iría de cine que siguiese Solari, aunque muchos crean que puede ser el nuevo/futuro Zinedine Zidane, que sigue demostrándose que ha sido el más listo (perdón, con José Antonio Camacho, que también se abrió cuando vio peligro de incendio) y se ha ido cuando tocado, es decir, ¡ya! Cuando llegaba el VAR (es broma).