Las Champions perdidas

El Barça, en Anfield

El Barça, en Anfield / AFP

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

El Madrid es un ganador de Champions. Es una evidencia. Compite como nadie en este torneo y sabe sobreponerse y sobrevivir ante las adversidades. Parece tener un idilio especial y algo que el resto de equipos no han sabido encontrar. Solo así se pueden explicar los últimos éxitos en Europa y en especial el milagro de esta temporada donde, no siendo superior, ni mejor al PSG, al Chelsea, al Manchester City y al Liverpool consiguió, uno tras otro dejar en la lona a todos sus adversarios hasta campeonar en Paris. No es quitarle méritos al conjunto blanco, bien al contrario, es destacar que no le hace falta mucho o tanto como a otros clubes para ganar la difícil Copa de Europa.

Esa fe inquebrantable que tienen y esa obsesión casi enfermiza por ir sumando uno tras otros todos los títulos que ya tiene y que le hacen doblar a su más inmediato perseguidor.

Hemos visto ediciones en las que el Barcelona tenia el mejor plantel, el mejor elenco de futbolistas, y por una razón o por otra, se fue dejando títulos que se daban por descontados. La edad de oro de Messi en el Barcelona debía tener al menos tres Champions más pero no acabaron de mostrar su superioridad. La Champions del 2010 fue una de ellas. La que ganó el Inter de Milán en el Bernabéu. El nefasto arbitraje en Milán impidió que los de Guardiola llegaran a la finalísima en Madrid.

La del 2011/2012 con la eliminación en semifinales a manos del Chelsea, que a la postre se proclamaría campeón era otro título al alcance de los azulgranas. Otro fallo histórico.

La temporada 2015/2016 con la eliminación en cuartos a manos del Atlético de Madrid también dio la sensación de que era un torneo al alcance de los culers.

Y las últimas, la 2017/2018 ante la Roma donde comienza el declive europeo de la generación campeona del Barcelona al perder inconcebiblemente una renta de tres goles o la 2018/2019 con la afrenta ante el Liverpool dejándose vapulear en Anfiled cuando ya casi le esperaba el rival, el Tottenham con todo a favor en la final del Metropolitano.

Son algunos ejemplos de cómo el mejor Barcelona de la historia podría haber dejado el palmarés del club en Europa y en la era de Messi cerca de los 8-9 títulos a poco que hubiera cumplido con las expectativas. En muchos casos eran los mejores pero no lo plasmaron.

Esa es una de las diferencias más importantes en la historia de la competición europea moderna entre blancos y azulgranas. El Barcelona además necesita jugar bien, ser muy superior a su rival. Al Madrid con poco le vale.

Es un problema de mentalidad y de competitividad. De ganas. De fe. Y eso es también fútbol. Ese es uno de los aspectos que debe mejorar en el futuro el Barcelona como lo hizo la selección española con Luis Aragonés, o el Barcelona con Johan Cruyff. Competir mejor. Eso también es fútbol y a lo mejor no estaríamos lamentando las Champions perdidas.