La Champions, cosa seria

Leo Messi ha marcado el 2-1 de penalti

Leo Messi ha marcado el 2-1 de penalti / Efe

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Hay muchas maneras de afrontar la vida y más si se trata de la vida deportiva de un club de fútbol. Hay muchas maneras de dirigir entidades como el Real Madrid, el Atlético o el Barça, por hablar de los tres máximos representantes, en las últimas décadas, del magnífico y exitoso fútbol español, tanto a nivel de dirigentes como de jugadores y, sí, sí, de entrenadores, vencedores en LaLiga y, desde hace algunos años, desperdigados por el globo terráqueo diseminando ese fútbol tan vistoso, de toque y complicidad que convirtió a España ¡por fin! en auténtica campeona del mundo.

Si miras lo que está ocurriendo ahora, que no significa, lógicamente, que sucediese siempre, el Real Madrid (o su presidente) hace ya mucho tiempo que decidió convertir, permitir, auspiciar, celebrar que Florentino Pérez fuese la piedra angular de su funcionamiento y proyecto global, sea sin contar con director deportivo, sea llevando inmaculadamente sus cuentas, sea aprovechándose de la grandeza del club para aumentar los contactos por el mundo y beneficiar, a la vez, a ACS, sea siendo caprichosos con los jugadores que escogía él, y solo él, para formar parte de esa plantilla.

El Atlético, también se ha visto, con un mandatario, casi dueño, o dueño del todo, del club, como Enrique Cerezo, que ha confiado ciegamente en dos personas de altísimo nivel e implicación personal y deportiva con el club rojiblanco: Miguel Ángel Gil Marín, que de casta le viene al galgo, y el ‘míster’ ‘Cholo’ Simeone, que se ha convertido, y con razón, en el entrenador mejor pagado del mundo porque lo merece, ha demostrado ser merecedor de ese sueldo y pone, cada semana, incluso hasta dos veces, al público en pie en el Wanda Metropolitano, sede, ¡vaya!, de la final de la próxima Champions.

Y el Barça, que bajo la inspiración de Johan Cruyff, bajo el mandato no escrito (perdón, más importante que escrito, heredado, vociferado, defendido con coraje) de que debe jugar lo mejor posible y, como decía el ‘Profeta del gol’, a poder ser “con los mejores de casa y los dos o tres mejores del mundo”, es el único ‘grande’ español que tiene, aún, a mano el ansiado triplete, que no es ya tan extraño como las Champions a la plantilla azulgrana. Eso sí, al tiqui-taca convendría añadirle los prodigios que protagoniza Leo Messi, que, en el Barça, ejerce de galvanizador de los sueños.

Nadie puede decir, nadie, que es mejor la gestión presidencial, que la del banquillo que el dominio de una estrella en el vestuario o sobre el césped. Son maneras de ver las cosas y, sobre todo, de aprovechar lo mejor de cada uno. Visto lo visto, todos miran ahora, lógicamente, a Florentino Pérez, que, tras ser el ‘rey de Europa’, ha de empezar una revolución para la que deberá sacrificar, tal vez, parte del dinero que ha pedido para el techo del Santiago Bernabéu. Necesita vender (y todos los saben) y precisa comprar (y todos le esperan).

Todos saben y lo esperan con auténtica pasión, que el ‘Cholo’ disfrutará mañana, en Turín, en su Italia querida, uno de los partidos más apasionantes de su brillante y exitosa carrera deportiva. Llega con ventaja, pero él mejor que nadie sabe lo que es jugar ahí, lo que es la ‘Vecchia Signora’ y como se las da Cristiano Ronaldo, aunque algunos ya duden de él en Italia.

Y como cierre a este repaso de tres maneras de regir y afrontar el calendario, el Barça, de la mano del siempre sensato, ordenado, listo y metódico Ernesto Valverde (porque el Barça, además de Messi, tiene un enorme entrenador), tendrá muy en cuenta las eliminaciones del Real Madrid (con ventaja ante el Ajax) y el rico PSG (con ventaja frente al Manchester United), para recibir con mentalidad ganadora al Lyon, uno de los equipos de moda de Europa y cuyo presidente, dicen, es el que manda en la Liga francesa.