La Champions y el bikini de la Pedroche

Visto ya el vestido-bikini de la Pedroche y superado el atracón de manjares navideños, podemos adentrarnos en el nuevo año con las ideas más claras. Más allá de los deseos individuales de cada uno de nosotros (mucha salud, mucho amor y, si sobra, un poco de dinero), el gran objetivo del 2019 para el barcelonismo es reconquistar la Champions. Esa ‘bonita copa’ (como la definió Messi) que lleva demasiado tiempo siendo esquiva para los blaugranas. Coinciden en ello tanto el excapitán Iniesta como el entrenador Valverde: Europa es el reto de un equipo ‘construido’ para ser campeón. Todos los fichajes que se hicieron en el 2018 (contando a Coutinho y Dembélé) conducen a un mismo destino: encontrar nuevas fórmulas para destronar al Madrid. En la Liga parece que ya se ha conseguido, pero la Champions es otra cosa. Ha sido territorio blanco durante tantos años (han ganado cuatro de los últimos cinco títulos) que se antoja como una misión casi imposible desbancarlos. Ahora, sin Cristiano (y sin Zidane) parece más fácil.

el equipo y el técnico

Si un bikini de flores como el de la Pedroche puede considerarse un vestido de gala, una plantilla repleta de fichajes también puede convertirse en un equipo favorito para ganar la Champions. Y eso es, en estos momentos, el Barça. Un equipo en construcción (que ha invertido 375 millones de euros en nuevos jugadores en los últimos doce meses) con un entrenador que sigue dudando sobre el estilo y que todavía desconoce su futuro (“No sé qué haré el año que viene”). Una combinación ideal...