Todo se centró en el regreso de Pau

Pau Gasol, defendido por Jalen Reynolds

Pau Gasol, defendido por Jalen Reynolds / VALENTÍ ENRICH

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

El partido fue lo de menos

Hasta para Saras, el duelo ante el Bayern fue una especie de entrenamiento donde los menos habituales tuvieron mucho protagonismo. Los descartes del Barça ya marcaban lo que sería el duelo. Por contra, el Bayern llegó al Palau muy centrado y con ganas de cerrar una espectacular fase previa de la Euroliga. El dominio germano fue total. El triángulo Baldwin, Reynolds- Lucic fue una apisonadora ante la que los blaugranas acabaron diluyéndose, incapaces de mantener el ritmo, agresividad y acierto del Byern.

Es evidente que el Barça, sin buena parte de sus figuras, no lo tenía fácil. Pero, pese a ello, el rendimiento de hombres habituales como Hanga, Claver, Abrines o Kuric estuvo muy lejos de lo esperado. Quizá fue Bolmaro el jugador que mejor supo aprovechar los minutos extras que le dio su técnico. Sin duda, lo más destacable del encuentro se centró en el enorme partido que se marcó Reynolds. Un espectáculo de fuerza, intimidación y carácter. Por cierto, el Madrid jugará, con el factor pista en contra, ante el Efes en el play-off de cuartos. Qué cosas.

LOS ESPERADOS MINUTOS DE PAU

Gasol cumplió en su primer partido. Saras lo dosificó y estuvo en pista el tiempo preciso para que físicamente pudiera aguantar. Todos sus compañeros, en especial Calathes, lo buscaron en ataque. Recibió muchos balones, y aprovechó aquellos que tuvo cerca del aro. No cabe duda de que mantiene su calidad, aunque necesitará mucho tiempo aún para coger un ritmo óptimo de juego. Sufrió para defender los 2x2, el Bayern siempre lo atacaba, y también tuvo problemas para mantener la constancia a la hora de ir arriba-debajo de manera continuada. Pero lo más positivo es que ya ha iniciado su trayectoria blaugrana y no se ha resentido de su lesión.

Ante el Madrid, el domingo, tendrá otra oportunidad para seguir creciendo. Y será ante un Tavares dominador que lo pondrá a prueba. También será una reválida para todo el Barça. El Madrid, tras la marcha de Deck, parece un rival asequible, aunque si los blaugranas no juegan al límite no tendrán nada que hacer. Una oportunidad para ahondar un poco más en la actual debilidad blanca.