El 'caso Neymar', fuera de control

Neymar, como buen brasileño, solo jura fidelidad absoluta a la 'seleçao'

Neymar, como buen brasileño, solo jura fidelidad absoluta a la 'seleçao' / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Si alguien tenía alguna duda sobre las ganas de Neymar de poner fin a las especulaciones, ayer publicó un Instagram en pose meditativa para dejar claro que quien ha alimentado el juego no ha sido nadie más que él. El ‘caso Neymar’ baja ya pendiente abajo sin frenos y se acerca cada día más al desenlace inevitable. La cuestión ya no es si Neymar puede irse sino si puede quedarse: porque ha llevado tan lejos el flirteo con el PSG, y lo ha hecho de manera tan descarada, que la herida que ha provocado en el barcelonismo está a punto de ser incurable. En estos días Neymar ha tenido multitud de oportunidades de arreglar el desaguisado, pero ha preferido que la burbuja se hinchara hasta tal punto que hoy la situación es casi irreversible: tanto es así, que hoy ya es más asimilable que se vaya que no que se quede. Las comparaciones son odiosas, sí, pero es indudable que Messi, a pesar de tener mucho más poder que Neymar, jamás ha jugado con el Barça de esta manera tan sádica. Lo pudo hacer con su renovación, en la que tenía una brutal posición de fuerza, y en cambio escogió el camino de la discreción y la lealtad. Quizás porque Messi es y ha sido siempre del Barça, y Neymar, como Cristiano, es más de él mismo. ¿Y el Barça? Si el jugador se queda, tendrá que coser un roto de dimensiones inauditas. Si se va, se quedará con 222 millones frescos e imprevistos y se encontrará con que al menos por un verano puede ser el club más rico del mundo y se le abrirá un nuevo escenario en el que puede llevar la iniciativa para fichar a grandes cracks europeos. Sin embargo, el asunto deja la sensación de que el club ha ido desde el primer momento por detrás de los acontecimientos. Muchos culés piensan hoy que es mejor que Neymar se vaya, como demuestra la encuesta de SPORT. Pero nada de lo que está sucediendo lo hace por voluntad del club. El ‘caso Neymar’ hace días que viaja fuera de control.