El caso Dembélé y los fichajes

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Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Justo tres días después de cerrarse el mercado de fichajes de invierno, no tres días antes, va Dembélé y se rompe para lo que resta de temporada. Algún día alguien tendrá que explicar lo que le sucede a Ousmane, si es que no se cuida o no se entrena como debería, si es que tiene algún problema físico o metabólico o si es, simplemente, un caso de mala suerte. Sea lo que fuere, los médicos tendrían que saberlo ya para afrontar la cuestión de una vez por todas y con las máximas garantías. Los médicos del club, digo, o los mejores especialistas en la materia a los que el club debe consultar, no los de Qatar con los que teóricamente se ha recuperado, que miren cómo nos lo han devuelto. Un club con mil millones de presupuesto no puede estar permanentemente expuesto a que una de sus grandes inversiones esté eternamente de baja. No en el siglo XXI. Sin la debida información y la certeza en los diagnósticos es imposible ayudar al jugador y resolver el problema. 

MÁS DIFÍCIL TODAVÍA

El Barça queda ahora en una situación complicada, con su tridente atacante roto por las lesiones de Suárez y Dembélé. Queda Messi, que deberá multiplicarse para que tan importantes ausencias se noten lo menos posible, Griezmann, que no acaba de despegar, y un chaval de diecisiete años como Ansu Fati, que va como un tiro y tiene madera de crack, pero al que no se le puede exigir que tire del carro. La falta de previsión en materia de fichajes se cierne peligrosamente sobre el futuro del equipo. No se fichó a un posible suplente de Suárez, ni en verano ni la pasada semana, no se ha fichado en enero más allá de promesas portuguesas y brasileñas que no están para el primer equipo y se ha traspasado a Carles Pérez y al ariete del filial. Ahora hay que correr, pero ya solo se puede fichar a jugadores de la Liga o que estén en el paro. Más difícil todavía. El sentido común indica que con solo tres delanteros no se puede ir por la vida. Veremos.