Carles 'Ney' Pérez se llama

Carles Pérez se estrenó como goleador ante el Vissel Kobe

Carles Pérez se estrenó como goleador ante el Vissel Kobe / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

No hay duda, la Liga española es, con mucha diferencia, pero mucha diferencia, la más igualada de Europa. No hay ningún campeonato donde cueste tanto ganar. No hay ningún torneo en el que, como suele decir Gerard Piqué, si no estás bien, te pinte la cara cualquier equipo.

Y, cuando hablo de cualquier equipo no estoy desperdiciando a nadie, todo lo contrario, estoy elogiando a equipos como el Getafe, que ya recordamos todos cómo perdió en el Wanda Metropolitano; el Valladolid, que ya sabemos cómo arrancó un fabuloso empate en el Bernabéu; y ayer mismo, tanto en campo del Leganés como en el Camp Nou, cuanto sufrieron Barça y Atlético para ganar.

Eso, como la escuela de entrenadores, como la escuela de canteras, como el buen fútbol que practican todos sus equipos (muy poquitos juegan al patadón) es sinónimo de buen fútbol y, sobre todo, de competitividad, es decir, de ganas de ser protagonista, de poseer el balón, de organización, de que todos juegan como se entrenan, es decir, con sentido del fútbol y ganas de sobrevivir en cualquier campo, fuera o en casa.

No es fácil, no, ni siquiera para los ricos, ganar sus partidos en la Liga española. Las buenas maneras de preparar los partidos hace que, pese a tener muy buenos futbolistas, los granes sufran. Y al Barça, que saltó anoche con una tensión enorme (¡y eso que estamos en la primera jornada!, perdón, segunda), también le costó, entre otras razones porque empezó perdiendo.

No estaba Messi. No estaba Suárez. No estaba Neymar Júnior. Pero sí estaba Carlos Pérez, el jugador revelación de la pretemporada, de esa horrible pretemporada viajera. Que, encima, marcó un gran gol, que hizo gritar a más de un locutor, sí, sí, a más de uno, que no fichasen a ‘Ney’ pues tenemos a Carlos Pérez. Puede que sea exagerado, pero hay ganas, muchas, y parece que a Ernesto Valverde le encanta ver en el Camp Nou a lo mejor de La Masia.

Es evidente que la temporada solo acaba de empezar. Es evidente que la gente tiene muchas, muchas, ganas de disfrutar del equipo, de ver como los nuevos se adaptan y, sobre todo, de que esos excelente peloteros que ha fichado el Barça fuercen al equipo a recuperar el viejo estilo, que ya empezó a verse anoche ante el Betis. Alguien dijo “presionamos mejor, como antes, sin Messi y Suárez” pero, posiblemente, ese sea un disparate tan grande como colocar a Carlos Pérez de titular de por vida.

Una cosa parece evidente, esto solo acaba de empezar y está muy bien que el Barça se diese anoche una ducha (no llegó a baño) de autoestima delante de su gente. Y está más que bien que Griezmann marcase sus primeros goles, no uno sino dos. Y que el Barça volviese a ser dueño del balón y mandase, pese a empezar perdiendo.

Da la sensación, y eso se sabía desde hace semanas (y ustedes me lo han leído a mi) que ese nuevo Atlético, pese a seguir jugando muy conservadoramente, va a ser el gran rival de la temporada, por equipo, por plantilla, por sistema y porque ya no es, como dice el Cholo, el equipo del pueblo, sino un ricachón más.

Nadie ve, de momento, al Real Madrid como conjunto temible, aunque denle ustedes a Florentino Pérez unos días más, concretamente hasta el 2 de septiembre, e igual la lía de verdad, maxime después de ver al Barça de anoche, muy distinto ¿verdad? al que perdió, al que le pintaron la cara en San Mamés.