Cantos rodados

El futuro de Rakitic está en el aire

El futuro de Rakitic está en el aire / EFE

Carme Barceló

Carme Barceló

“¿Tú a este Barça lo ves claro?”. Tertulia en Ibiza tras un ‘bullit de peix’ y un arroz que cantaba el himno a pie de una playa de piedras, de esas que alejan a muchos por la incomodidad. No ha pasado ni media hora del debut del equipo de Valverde ante un Chelsea que, tan rodado como los cantos de esta cala, pasó por encima de los blaugranas. Primer partido de la pretemporada que sirvió más para escuchar que para ver. Ernesto habló claro no, clarísimo. No moldeó el discurso.

Fue directo al grano con, por ejemplo, un Rakitic al que prácticamente puso en el mercado. O, cuando menos, irá y vendrá del once titular, como una ola. Mucho más entusiasmado se le vio con Antoine Griezmann, jugador que ha tenido grabado en el disco duro desde hace dos años y al que por fin puede entrenar y dirigir. El francés, al que adornan muchas virtudes como futbolista, hay una que no se le puede negar: actitud y ganas. Más allá de su calidad, que la tiene, despierta confianza a su alrededor. Es de aquellos que sabes que no lanza la piedra y esconde la mano. Va de cara, se pone los galones y se tira de cabeza al mar.

rodaje y cantera Las pretemporadas son de rodaje, de ir limando aristas y de ir arriba y abajo para conseguir ingresos, compenetración y hacer de tamiz para separar el oro del que no lo es. A De Jong, que personalmente me gustó, Valverde no le dio mucha cuerda. Sabemos que está encantado con la llegada del holandés pero lo coloca en la tierra, no sea que se lo lleve algún viento inadecuado. Si algo ha hecho bien el entrenador del Barça es la gestión de los egos, las personalidades y las vidas de los integrantes de su plantilla.

“I la pedrera?”. Ay, la cantera. Mucha piedra hay que picar para llegar a lo más alto. Y en este club, más. Yo, a Aleñá le pondría un piso con terraza y a Riqui Puig, con jacuzzi. Están pulidos y casi brillan. Solo hay que darles espacio en este océano de cracks. Dicho esto, que ruede el balón y sigamos puliendo los cantos.