El valor de la cantera y la hipocresía del club

Mateu Alemany y Rafa Yuste durante el entrenamiento del Barça

Mateu Alemany y Rafa Yuste durante el entrenamiento del Barça / Javi Ferrándiz

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Llega la hora de la verdad, el momento en el que club debe trasladar sus buenas palabras a borradores de contrato. Los elogios de técnicos y directivos deben convertirse en cifras sobre las que negociar.

El amor hacia la cantera -léase Gavi- y la apuesta por jugadores formados en casa -léase Araujo- deben plasmarse en concreciones. La verborrea fácil ya no ocupa lugar. En este escenario delicado las carpetas de Gavi y Araujo siguen abiertas en abril por expreso deseo del club cuando Alemany en noviembre instaba a negociar. 

Máxima presión

Y mientras Alemany exige rigor económico, el vicepresidente Rafa Yuste apela al sentimiento culé para justificar las rebajas. Táctica de lo más comprensible si no fuera porque previamente el club no ha tenido reparos en filtrar con todo lujo de detalles los ingresos de algunas incorporaciones que superan en más de un 50% lo ofrecido a los ‘apreciados’ canteranos.

Sea por hipocresía o torpeza, racanear a los de casa aquello que se ofrece a los de fuera no es de recibo. Y si los ventiladores, además, airean falsas discrepancias entre agentes y futbolista... aún peor.