Campeones a lo grande

OPI Batlle

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Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Más allá de que la victoria de ayer ante el Levante no fuera la más brillante de la historia y de que Messi tuviera que salir al rescate, como viene siendo habitual, nadie puede discutir que el Barça ha sido, es, un campeón a lo grande, pues grande es sumar 83 puntos, con veinticinco victorias y solo dos derrotas. Grande es haber marcado 86 goles. Grande es que Messi sea pichichi con 34 dianas y Suárez, segundo máximo goleador, con 21. 55 goles entre los dos, una brutalidad y un espectáculo a la vez. Han marcado más goles ellos dos que todo el Atlético junto, que seguramente será subcampeón. ¿Qué más se le puede pedir a este equipo? Campeón a tres jornadas del final, el Madrid a quince puntos... una superioridad insultante a todos los niveles. Son ya dos años de paseo triunfal. Con Valverde, el Madrid de Zidane/Cristiano Ronaldo quedó la temporada pasada tercero, a diecisiete puntos, y este año se repite la historia.

Que no busquen los madridistas excusas ni se aferren a la ausencia de su entrenador talismán y su goleador porque la temporada pasada el Barça ya se los comió con patatas. No, que no, que el propio Zidane acaba de reconocer esta semana que la Liga es lo primero, lo que marca la hegemonía de un equipo de agosto a mayo. Y sí, ahí, de agosto a mayo, el Barça ha sido una apisonadora que ha ido arrasando con todo y a todos, paso a paso, sin la brillantez de otras temporadas, si quieren, pero con una extraordinaria eficacia. De todas formas, una cosa no quita la otra ni es suficiente para concluir que el equipo ha sido más práctico que espectacular. Con estos números, con estos 86 goles, no se puede decir que haya sido un equipo que solo ha buscado el resultado.

Eso, si acaso, hay que dejárselo para el Atlético, para el subcampeón, que se ha quedado con 52 goles,¡treinta y cuatro menos! Y ¡ojo!, que tiene mucho mérito el equipo de Simeone, pero es otro estilo, diferente al del Barça, y creo que no hacemos justicia si nos empeñamos en rebajar la filosofía jugona y atacante del equipo azulgrana. Si acaso, hay que poner en valor la inteligencia de Valverde, que ha sabido evolucionar un sistema único, personal e intransferible sin varios de los padres del estilo. Valverde es el primer entrenador de esta época triunfal que no ha contado con Xavi e Iniesta, más el fugado Neymar, pero ha alcanzado el éxito sin dilación. Dos temporadas, dos Ligas. ¡Grande, Txingurri! Me gustó la celebración sobre el mismo césped y que Rubiales se trajera el trofeo para entregarlo cuando toca, es decir, cuando se gana. Era el momento de celebrarlo para que no se cayera en el error de pensar que la Liga es demasiado fácil de ganar. ¡No!, que nadie se confunda. Que se gane con comodidad no es sinónimo de facilidad, sino de autoridad, de superioridad, de trabajo bien hecho.

Esta temporada se ha hecho todo bien. La planificación, la preparación y la ejecución. El alirón llega justo cuatro días antes de la semifinal de la Champions, con una precisión exacta sobre el guión soñado, con Messi en el mejor momento de forma posible y adecuadamente descansado y con el tiempo necesario por delante para dedicarse solo a la Champions. Ya sé que esta Liga tendrá más valor si se le suma la Champions, que en eso está el equipo, pero mientras tanto, celebrémosla con orgullo, que aquí muchos aficionados han/hemos esperado catorce años para levantar una Liga y después otros once años más. ¡Dos Ligas en veinticinco años! Cuando ahora llevamos ocho en once temporadas. No hay más que decir...