El campeón saldrá de Valdebebas

Koeman y Zidane están preparando a conciencia el partido

Koeman y Zidane están preparando a conciencia el partido / FC BARCELONA

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Ni Zinedine Zidane ni Ronald Koeman se lo quieren contar a nadie. Bueno, tal vez ‘Zizou’ sí lo ha conversado con Kroos y Modric. Tal vez ‘Tintín’ haya hecho un aparte discreto, en un ratito de parón del entrenamiento, y lo ha susurrado desenfadadamente con Messi y, al rato, con De Jong o Busquets. Pero es evidente que los técnicos del Real Madrid y el Barça (primero el blanco, pues el clásico se juega en Valdebebas) están convencidos, aunque no lo comentarán jamás en público y ni siquiera, insisto, lo harán multitudinariamente en sus vestuarios, de que mañana sábado se juegan buena parte, si no todas, las posibilidades de ganar la Liga. Insisto, ellos lo negarán hoy en sus respectivas conferencias de prensa, claro, pero así lo piensan.

Y es que ni Zidane ni Koeman creen que el Atlético esté ya en condicione de pelear el título, pues no solo ha perdido ya la cantidad de puntos tremenda que le sacaba a los dos grandes, sino que parece haber enterrado su espíritu de lucha, goleador y defensivo y, encima, se ha quedado, durante tres semanas(dicen), sin Luis Suárez. Puede ganar la Liga, claro que puede, pero Madrid y Barça, sus jefes de los banquillos, sus plantillas, sus estrellas, que de esto saben un montón y las han vivido de todos los colores, saben que el ganador del sábado (si es que existe un ganador) tendrá el 75% del campeonato en su bolsillo.

Después de la experiencia del Valladolid, que pelea desesperadamente por no descender, Koeman está convencido de que, al margen de la visita a Valdebebas y Villarreal, este campeonato va a tener, en el esprint final, partidos durísimos contra los equipos que pelean por no bajar. Y, en ese sentido, el Atlético tiene duros huesos como Huesca, Eibar, Elche, Osasuna o el propio Valladolid, pues los colchoneros cierran la Liga en Zorrilla. El Real Madrid se las verá con Getafe, Valencia, Levante, Celta y Eibar y el propio Barça con Cádiz, Getafe y Osasuna.

Pero Koeman, que el miércoles no se perdió su partidito semanal de golf para afrontar con la cabeza limpia el clásico de Valdebebas, cree que su equipo, pese al bajón frente al Valladolid que el ‘mister’ holandés atribuye al ‘virus FIFA’ y, muy especialmente, al hecho de que Leo Messi, aunque esté cercano a los 34, no puede estar más de tres días sin competir y estar parado diez le convierte en la mitad de lo que es, está en las mejores condiciones de afrontar la recta final de la Liga arrancando una victoria en Madrid.

Y para ello, Koeman piensa regresar, volver, bueno, sería mantener el 3-5-2, pues la renuncia a los tres defensas se produjo cuando el Valladolid le puso el resultado cuesta arriba, pero no porque estuviese harto de esa idea. La única duda es saber si Piqué llegará al clásico, que no llegará; y si Koeman opta por Mingueza o Araujo, que sería, finalmente, el descartado porque la velocidad del joven canterano de la coleta le permite tapar mejor a Vini Júnior y acudir al corte en cualquier despiste. Bueno, también podría haber otra duda y sería que a ‘Tintín’ le diese, como a su amigo y maestro Johan Cruyff, un ataque de entrenador (siempre ocurría cuando el ‘Profeta del gol’ acudía al Santiago Bernabéu) y sentase a Griezmann para reforzar aún más el centro del campo con Ilaix. Pero si, como piensa, ganar en Valdebebas es llevarse el 75% del título, jugará el francés, aunque no sea la alegría de la huerta, que no lo es. 

Así que parece seguro que el exitoso 3-5-2 aparecerá sobre el césped de Valdebebas, ese pequeñito campo que desagradó a Jürgen Klopp, después de haber sido ligeramente modificado en el intento desesperado (y exitoso) de ganar, como fuese, al Valladolid. Y es que no deja de ser curioso que el primer entrenador (Sergio González) y equipo (el Valladolid) que, el 22 de diciembre del 2020, padeció la aparición de solo tres defensas centrales (Mingueza, Araujo y Lenglet) y saliese goleado (0-3), fuese quien mejor antídoto encontró tres meses después, en el Camp Nou, neutralizando cualquier despliegue ofensivo de Messi & Co.

Es evidente, pese al razonamiento inicial de mi texto, que la Liga, después del clásico, dará muchas vueltas y, sí, en plena pandemia, nada estará resuelto. Y no solo porque este es un campeonato en el que todos los equipos están sufriendo altibajos, lesiones y covid19, sino porque, tal y como ha comentado Koeman con los suyos, hay nueve equipos, la mitad de la tabla, metidos en no descender (Valencia, 33 puntos; Cádiz, 32; Osasuna, 31; Getafe, 30; Valladolid, 27; Elche, 26; Huesca, 24; Eibar, 23 y Alavés, 23) y, aunque todos ellos (o casi todos) tengan 800 millones de euros menos de presupuesto, se van a jugar la vida cuando se enfrenten a Atlético, Barça y Real Madrid. Y, sí, todos los candidatos al descenso se cruzan con los aspirantes al título. El 1-0 agónico del último Barça-Valladolid demuestra que ganar en Valdebebas es mucho, pero no lo será todo, no.