El campeón puede perder la Liga jugando bien
Perder esta Liga, si se acaba perdiendo, provocará decepción, tristeza y enfado. No en vano, el Barça tiene de largo el mejor equipo del campeonato y lo que ha fallado ha sido el banquillo de suplentes. Entre las rotaciones y las sustituciones se han escapado demasiados puntos. Ceder nueve puntos en el Campo Nou es tanto como firmar una sentencia de sufrimiento. No es fácil de explicar que con el mejor tridente del mundo, marcando más goles que nadie, se tenga que estar a la espera de un fallo del Madrid. El equipo de Luis Enrique sigue siendo el campeón, se niega a tirar la toalla aunque cada jornada que pasa lo tiene mas complicado. La rotunda victoria ante el Villareal dejó bien claro que si hubiesen jugado siempre así, hoy serían líderes con diferencia. La actitud, velocidad y presión con que jugaron ayer puede servir de muy poco. Esta temporada el equipo ha sido víctima de una irregularidad inaceptable en un equipo de alto nivel. O dicho en palabras del Piqué que no da puntada sin hilo, han cometido demasiadas tonterías. Tanto como reconocer que son víctimas de sus propios errores. Se han relajado demasiado frente a equipos de nivel inferior que les han acabado robando puntos.
No hay nada perdido pero la cosa está cruda cuando vemos cómo golea el Madrid B en Granada. Zidane, que al principio parecía una marioneta en manos de Florentino, ha conseguido dominar un vestuario lleno de galácticos. Dosifica a Cristiano con éxito, saca un gran rendimiento a los jóvenes y ha conseguido evitar los celos y envidias de antaño. Los blancos han entrado en una dinámica positiva. Tienen la Liga al alcance de la mano, están con pie y medio en la final de la Champions y tienen el talonario preparado para reforzar el equipo con dos o tres fichajes sonados.
Si la Liga se acaba escapando por el partido pendiente del Madrid en Vigo, Luis Enrique se puede ir con una frustración que le costará olvidar. Cuarenta y cinco minutos en Turín y hora y media en Málaga han sido letales. Toda una temporada se puede ir al garete por dos malos partidos. La Champions ya está enterrada, en la Liga dependen de terceros. De nada sirve que Messi gane la Bota de Oro como máximo goleador europeo si solo consigues disputar la final de la Copa del Rey. No somos pesimistas, somos realistas. El Barça ayer jugó como el campeón que todavía es, pero con el temor de que la victoria no sirva de nada.
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