El Camp Nou no puede esperar más, merece un trato prioritario y urgente

Mediapro ofreció 300 millones por el patrocinio del Camp Nou

Mediapro ofreció 300 millones por el patrocinio del Camp Nou / Valentí Enrich

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça tiene una asignatura pendiente que se llama Camp Nou. El estadio construido en 1957 bajo la presidencia de Miró Sans está amortizado. Superó con éxito dos ampliaciones bajo el mandato de José Luis Núñez pero después de sesenta años de vida es una instalación superada por el tiempo. En el siglo XXI se imponen estadios modernos, cómodos y rentables que generen economía positiva. Superado el debate de si era mejor construir un nuevo campo alejado de la ciudad o remodelar el actual, la segunda opción fue la ganadora con la ventaja que significa para los socios un estadio urbano al que se puede llegar en metro. 

El nuevo Camp Nou no puede esperar más ya que acumula un retraso notable. Recordemos que en septiembre del 2007 (hace ya 11 años) con Laporta como presidente, se presentó un proyecto de remodelación firmado por el prestigioso arquitecto Norman Foster con un presupuesto de 250 millones y un plan de construcción que debía comenzar el 2009. En el 2010, con la llegada de Sandro Rosell, se descartó este proyecto y se tramitó la suspensión de los permisos. En marzo del 2016, con Bartomeu al frente del club, se da a conocer el ganador del nuevo concurso que incluye el Espai Barça, Nikken Sekkei. Se comentó que las obras comenzarían el verano del 2017, tendrían una duración de tres años y el coste estimado fue de 600 millones.

Estamos acabando el 2018 y la fecha del inicio de las obras del Camp Nou sigue siendo una incógnita. Cuando se había conseguido un pacto en el Ayuntamiento de Barcelona con todas las fuerzas políticas para desencallar el tema de los permisos, surgen nuevos contratiempos. Hay impugnaciones pendientes y la CUP ha presentado un contencioso para paralizar el proyecto. De esta manera, cuatro año y medio después de aprobarse en referéndum del Espai Barça con la remodelación integral del Camp Nou con el 72,3% de votos afirmativos -eso sucedió el 5 abril 2014- el inicio de las obras sigue en el alero y se comienza a dudar seriamente de que puedan comenzar en el 2019 ya que es año de elecciones municipales y los trámites burocráticos pueden verse afectados. 

El proyecto lleva once años en marcha (2007-2018) pero sigue sin arrancar. Por si fueran pocas las dificultades, en la última Asamblea Extraordinaria no se aprobó el punto de la orden del día que hacía referencia a la autorización para aumentar el crédito. Eso significa un problema añadido para la Junta a nivel de liquidez económica sin  olvidar que tampoco se ha conseguido el “naming” del estadio que debería asegurar un tercio de la financiación.

A la vista de estas circunstancias, el nuevo Camp Nou aconseja un replanteamiento. Esta directiva como mucho podrá iniciar las obras, pero no las verá concluidas antes de su final de mandato en el 2021. Antes deberá asegurar la financiación del Espai Barça que ha crecido a  650 millones lo que supone un endeudamiento preocupante si no se atan bien todos los cabos con los bancos. Ante tantas dificultades, quizás sea necesario aplazar el Espai Barça y fijar una nueva estrategia. Consideramos que lo fundamental bajo todos los conceptos es el Camp Nou y que todo lo demás puede esperar. Desde el hotel, a las nuevas oficinas o al Palau de 12.000 espectadores. La gallina de los huevos de oro es el fútbol, no en vano el Camp Nou es la fábrica que genera el 90% del negocio por lo que merece un trato prioritario y urgente.