El largo camino de la pesadilla al sueño

Ronald Koeman, en una imagen en el Parque de los Príncipes

Ronald Koeman, en una imagen en el Parque de los Príncipes / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La Liga es posible. Muy posible. En solo dos meses y medio la competición ha dado un vuelco radical. Gracias al espectacular rendimiento del Barça (ha sumado 31 puntos de 33 posibles) y, evidentemente, al bajón que ha sufrido el Atlético (ha perdido 11 puntos en los últimos 8 partidos). El equipo blaugrana está en una clara ascensión mientras que los rojiblancos de Simeone han entrado en crisis. Ni el mal inicio del conjunto de Koeman era normal ni el arranque del Atlético resultaba sostenible. El fútbol, como acostumbra a suceder, ha puesto las cosas en su sitio y ahora el título vuelve a estar al alcance del Barça... si supera esta noche al Huesca. Una tarea relativamente fácil ante un colista que solo ha ganado tres encuentros en lo que llevamos de campaña y ‘huele’ a Segunda. Pero, como decía ayer Koeman, no hay que fiarse. Las espectaculares estadísticas de los blaugranas en este 2021 han quedado refrendadas por las sensaciones ofrecidas en la remontada ante el Sevilla en la Copa y la extraordinaria imagen ofrecida contra el PSG en París a pesar de la eliminación en la Champions. El Barça navega en estos momentos entre el optimismo y la euforia controlada hacia un doblete que parecía impensable a finales del 2020.

El juego del equipo ha mejorado muchísimo, Koeman ha conseguido que sus jugadores ofrezcan su mejor versión y la victoria de Laporta en las elecciones ha devuelto la ilusión a todo el barcelonismo. El Barça, pues, encara la recta final de la Liga en unas condiciones óptimas. Si esta noche gana al Huesca se pondrá a solo 4 puntos del Atlético y con 11 partidos por delante. Insisto: todo es posible. Todo. Incluso que una temporada que estaba llamada a ser de transición por la grave crisis deportiva, económica e institucional del club acabe en un gran éxito. Con doblete incluido. Un doble triunfo que daría solidez al nuevo proyecto futbolístico, continuidad a Koeman en el banquillo... y esperanzas de que Messi aceptara una renovación. El camino que va de la pesadilla al sueño ya está trazado. Ahora solo falta recorrer los últimos metros para que este sueño se convierta en realidad.