Los cambios de Xavi, fundamentales

Frenkie

Frenkie / ESPN

Pichi Alonso

Pichi Alonso

La primera parte del Barça fue muy irregular: estuvo incómodo el equipo en defensa, y también le costó mucho mantener el balón y progresar ofensivamente. El Barça apenas pudo tener posesiones largas, aunque fuese para tener el control del juego: el centro del campo apenas pudo participar, con Pedri, Busquets y Gavi sin capacidad de asociarse para intentar gobernar el partido. 

El Barça estuvo excesivamente largo durante casi toda la primera parte. Se intentó tener líneas de pase siempre abiertas, pero hubo poca movilidad para generarlas. Los primeros diez minutos, con muchas pérdidas de balón, inusuales en un equipo como el Barça, permitieron al rival generar contras y crear más peligro de lo esperado, más cerca del guion previsto por los alemanes que por el propio Xavi. 

El gol del Eintracht llegó en el arranque de la segunda parte, en un error defensivo del Barça, que no supo tapar la zona de rechace a la salida de un córner. Poco a poco los alemanes ganaron en actitud, envalentonados por su gol y con una agresividad que el árbitro permitió.

Pero llegó el empate en una genial doble pared entre De Jong y Ferran Torres: el gol cambió mucho el decorado del partido y el Barça empezó a ser un equipo más reconocible. Empezó a mandar en el partido, adueñándose del balón y gobernando al rival, aunque quizás al Barça le faltó ambición cuando el Eintracht se quedó con diez jugadores.

Pudo buscar el Barça el segundo gol con más ahínco, pero al final dio la sensación de que el equipo empezó a pensar ya en el partido de vuelta: el Camp Nou decidirá la eliminatoria.