Cambiar de caballo en mitad del río

Florentino Pérez

Florentino Pérez / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

La hora de Florentino

Se ha decretado el estado de crisis en La Castellana. El equipo se ha instalado en la duda, la dinámica es tóxica. El cuadro clínico del enfermo no engaña: el Madrid, un experto en el arte del dominio área, ahora regala en la suya y perdona en la contraria. Mientras se debate si Lopetegui es víctima o culpable, algunos tienen cuello parar mirar al palco. Florentino Pérez tendrá que elegir: tragarse el sapo de un técnico que no era su primera opción o echar al entrenador que arrancó de la selección a dos días de un Mundial. Será su decisión: dejar que critiquen su planificación de verano o cambiar de caballo en mitad del río.

El farol y la vieja

Ante Atleti, Sevilla o Athletic, rivales potentes, el Madrid encontró parapeto ideal: la ausencia de Cristiano. Ahora el Madrid ha caído ante CSKA, Alavés y Levante y se ha quedado sin excusa. No es que falte Ronaldo. Es que, en materia de pegada, apunta a un farol y mata a una vieja.

VAR y deudas

Por más que moleste a los telepredicadores, el VAR no acaba con la polémica, pero hace más justo el fútbol. Alertó de un penalti de Varane que se iba al limbo y anuló un gol ilegal de Isco. Justicia. Menos hubo en la trastienda blanca. Marcelo culpó a la prensa y Lopetegui dejó una la letanía: “El fútbol nos devolverá lo que nos está quitando”. Craso error. El fútbol no le debe nada a nadie. Ni al Madrid, ni al Barça, ni al Atleti. Vive del gol. Y el Madrid, en los últimos cinco partidos, sólo ha hecho un tanto. Y sin gol no hay paraíso. 

Vivir sin Messi

Si Leo tose, el Barça se constipa. Sin embargo, en un futuro inmediato, su lesión es una cornada de doble trayectoria: puede significar la mejor noticia para un Madrid famélico de victorias, pero también puede ser el peor diagnóstico posible para Florentino y su proyecto. Si el Madrid pierde ante un Barça sin Messi, será la defunción definitiva de la credibilidad merengue.

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