¿Cambiamos la Liga por la Champions?

Ernesto Valverde, entrenador del FC Barcelona

Ernesto Valverde, entrenador del FC Barcelona / AFP

Toni Frieros

Toni Frieros

Jamás logré entender la desazón que sintieron muchos socios y aficionados culés al bajar la persiana la temporada 2017-2018. El Barça ‘solo’ había ganado la Liga con una derrota en 38 partidos (la séptima en diez años) y la Copa del Rey (la cuarta consecutiva en cinco finales seguidas). La dicha completa, la felicidad absoluta, estaba al otro lado del ‘puente aéreo’. El Real Madrid había quedado a 17 puntos del Barça (dos ligas en diez años) y había sido eliminado de la Copa del Rey en cuartos, pero, eso sí, había conquistado la tercera Champions del tirón...

Me dije entonces que para la temporada siguiente, es decir, esta, el barcelonismo no pondrá el grito en el cielo ni se llevará las manos a la cabeza si el Barça de Messi, Dembélé y Countinho, tira la Liga en diciembre (como hizo el Madrid), tira la Copa del Rey perdiendo en casa ante el Leganés, pero en junio levanta la ‘orejona’ en el Wanda Metropolitano colchonero.

¿Lo firman? Conociendo el percal, el entorno, estoy seguro que por muy bien que marche el Barça en la Champions, si en enero de 2019 el equipo se queda quince puntos por debajo del eterno rival, Bartomeu y su junta tendrán que salir de Arístides Maillol de noche y por la puerta de servicio... Y Valverde con la maleta preparada para regresar a Bilbao. Que la felicidad del culé no dependa, exclusivamente, de lo que haga su equipo, y que la balanza entre la satisfacción y la decepción dependa del palmarés del Madrid, no es justo. Es cierto que tal y como está evolucionando el mercado y la industria del fútbol, cada vez se le da más importancia, que no mérito, a conquistar la Copa de Europa. Pero jamás podrán convencerme de que es mejor que ganar la Liga y la Copa del Rey. La obligación del Barça es volver a reinar en Europa, eso sí, pero si no lo consigue, no se flagelen.