Busquemos un punto de equilibrio

Memphis celebra su gol ante el Athletic

Memphis celebra su gol ante el Athletic / EFE

Gerard López

Gerard López

Después de las buenas sensaciones que nos dejó el Barça en su debut ante la Real (a pesar de ese par de despistes defensivos que ajustaron el marcador al final) y los brotes verdes que surgieron (Memphis, Griezmann, Braithwaite, Eric...), no ha sido necesario esperar mucho para ‘emborronarlo’. Para que nos demos cuenta de lo que será la realidad del Barça esta temporada.

Si contra el equipo donostiarra parecía que era un rival fuerte el que visitaba el Camp Nou, no tuvo nada que ver la exigencia de un Athletic que salió a morder. El año pasado, cuando un equipo te venía a buscar arriba y te asfixiaba en la salida de balón casi siempre aparecía un tal Messi para solucionarlo. Pero en Bilbao, en el segundo partido de Liga, en agosto, se acentuó lo que puede convertirse en un gran hándicap para el equipo este curso. Cuando el rival sale con este planteamiento hay que buscar liderazgo, alternativas, recursos para esas presiones altas para no sufrir tanto como el pasado sábado.

Todo empieza con la salida de balón. Cuando inicias con la posesión desde atrás el portero tiene que ejercer de ese hombre de más, debe dar esa solvencia. Eché de menos mucho más movimiento, más recursos para evitar la cantidad de pérdidas que sufrió el Barça en esa salida de balón, sobre todo en la primera pate. El resultado se mantuvo a cero, pero la sensación es que te atropelló un equipo mucho más intenso, organizado, mejor físicamente que la Real y que el Barça ahora mismo.

Esperamos 70’ hasta que el rival pegó un bajon físico por el esfuerzo para que el Barça encontrara esos espacios y aprovecharlos, sobre todo gracias a la conexión holandesa; precisamente la mejor noticia a lo largo de los 90 minutos fue el buen estado de forma y el liderazgo de De Jong junto con la calidad desbordante y el ponerse el equipo a las espaldas a nivel ofensivo de Memphis.

Parándonos en el ex del Lyon, es tremendo lo poco que ha tardado en adaptarse y en empezar a marcar diferencias. En ‘ausencia’ de Griezmann y Braithwaite, que sí brillaron en el primer partido, el neerlandés asumió otra vez galones en ataque y no solamente en la jugada del gol, sino que fue el que más calidad y clarividencia mostró en ataque. Tiene las ideas claras, se mueve con mucho sentido, la inteligencia y experiencia. La sensación es que ha aterrizado con buen pie y ha conectado con el barcelonismo desde el primer momento: sobre el campo y fuera de él. Gran noticia. 

En el otro lado de la moneda, los problemas en defensa. No por recibir muchos goles (al final solo fue uno), sino por la lesión de Piqué, que forzó para jugar, por el desacierto. Fue un día muy complicado para Eric Garcia, que demostró mucha personalidad al querer jugar a pesar del fallecimiento de su abuelo, pero sufrió mucho. Se encontró con la realidad del fútbol español y del Barça. No tuvo nada que ver el partido con el de la Real, mucho más plácido para él. Aun así, hay que dar un margen de confianza al chico, esto acaba de empezar. El Barça debería tener bien cubierta esa posición con Gerard, con Araujo, con Eric, Mingueza y Lenglet. 

En ese sentido, me gustaría pedir al barcelonismo en general un poco más de equilibrio. Ni todo era blanco el día de la Real ni todo es negro después del partido de San Mamés. Creo que todos (el equipo, la afición, los medios de comunicación, el entorno) debemos ser más regulares, tener más calma a la hora de juzgar y valorar y buscar un equilibrio. Esto acaba de empezar y siempre hay que dar un margen.