El Barça quiere cerrar 8 operaciones en el mercado de invierno

Martin Braithwaite ultima su recuperación física

Martin Braithwaite ultima su recuperación física / FCB

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El mercado de invierno del Barça se presenta tan apasionante (o más) que el del pasado verano, en el que se cerraron un total de 14 operaciones. El club blaugrana fichó a Pjanic, Pedri, Trincao, Matheus y Sergiño Dest y traspasó a Luis Suárez, Arturo Vidal, Rakitic, Arthur, Semedo, Rafinha, Carles Pérez, Cucurella y Todibo. Invirtió 119 millones de euros en las cinco incorporaciones y recuperó 126,5 con las salidas, para un balance final positivo de 7,5 millones. Y todo esto lo hizo en un contexto terriblemente negativo, en plena pandemia, con una grave crisis económica, con un presidente contra las cuerdas (que acabó dimitiendo) y con la amenaza de Messi de irse gratis.

Tiene, pues, mucho mérito el trabajo realizado por Ramon Planes, secretario técnico blaugrana, en esta compleja situación. Un trabajo que, por cierto, no se ha acabado, pues en el próximo mercado de invierno quiere culminar la revolución de la plantilla con otras dos incorporaciones (el delantero Depay y un central que no será Eric Garcia, aparcado hasta el verano), dos cesiones (Aleñá y Riqui Puig) y cuatro ventas (Junior, Umtiti, Matheus y Braithwaite). Si consigue cerrar estas 8 operaciones en el mes de enero, en pleno periodo electoral, habrá que sacarse el sombrero. 

Cualquier candidato a sustituir a Bartomeu debería tener en cuenta la labor realizada por Planes en estos meses antes de tomar la decisión de relevarle en el cargo. Porque, más allá de aciertos o errores, lo que está claro es que ser secretario técnico del Barça es una profesión de riesgo. De mucho riesgo. Casi más que la de entrenador. Especialmente en la etapa de Bartomeu, con cinco responsables diferentes del área deportiva: Zubizarreta, Robert Fernández, Pep Segura, Abidal y, finalmente, Ramon Planes. Cada uno de ellos con un proyecto, un criterio y un estilo propios. La estabilidad, por lo tanto, no ha existido. Y esa puede ser una de las claves que explique la degradación y el fracaso final del equipo blaugrana. Y eso es algo que, gane quien gane, tiene que evitar repetir.