Un buen Barça se planta en la final

Calathes dirigió con acierto al Barça, ante el Tenerife

Calathes dirigió con acierto al Barça, ante el Tenerife / FCB

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

DE PRINCIPIO A FIN

El Barça no le dio ninguna opción al Tenerife. Un cambio radical respecto al equipo que vimos en Canarias. Concentrado, serio, agresivo en defensa y buscando un partido mucho más ofensivo. El objetivo prioritario de los blaugranas se centraba en colapsar a la pareja Huertas-Shermadini. Lo lograron atando corto al base, presión cara a cara, y haciendo 2x1 al pívot cundo éste recibía cerca de canasta. En los 2x2, el Barça alternó los cambios con simplemente ayudas. Y todo le salió bien. Ante la inoperancia de las grandes figuras canarias, apareció un inmenso Doornekamp, 6 de 9 en triples, que fue el jugador que aguantó a los suyos a lo largo del encuentro. Poco bagaje para creer que podían ganar en el Palau. De nuevo el tercer cuarto fue decisivo. Los jugadores de Saras, con un básquet muy físico, fue desgastando a su rival a lo largo de los primeros veinte minutos, y acabó de ejecutar el duelo tras el descanso. Las estadísticas acompañaron tanto en los porcentajes de tiro, como en el rebote y, en especial, en el balance entre recuperadas y perdidas, que fue positivo. Un buen Barça que, cuando quiere, es capaz de practicar un básquet que está al alcance de muy pocos equipos.

MINUTOS PARA TODOS PENSANDO EN EL MADRID

La final comienza el domingo. Y la superioridad ante el Tenerife permitió a Saras una rotación en la todos sus hombres tuvieran protagonismo. El equipo debe estar motivado para encarar con garantía el enorme reto de ganar al Madrid. Vimos, de nuevo, a un Oriola intenso que se repartió los minutos con Gasol y Davies. Una posición de cinco que funciona de maravilla. Pau estuvo fino en el tiro e intimidación, y Davies se fajó como siempre. Puede que en el cuatro, con Mirotic y Smits, faltaran algunos puntos, pero el montenegrino colocó dos tapones de mérito. Por fuera destacó Calathes. Cuando él funciona, el Barça tiene otro ritmo, y la circulación de bola y las asistencias fluyen sin cesar. Además, reboteó como el que más. Bolmaro estuvo algo acelerado y Abrines impreciso. Pero para garantizar puntos en los momentos clave siempre aparece Higgins. Una garantía. También Hanga volvió a ser Hanga, y Kuric con el gatillo a punto. Esta imagen de juego colectivo es vital para ganar a un Madrid con problemas físicos y que no cuenta con una gran rotación. Con Llull y Rudy renqueantes, los blancos se hacen fuertes con Tavares y Garuba y con una lucha constante durante todo el partido. El Barca, pese a no tener el factor pista, tiene muchas opciones de ganar el título. No puede dejar escapar esta oportunidad.