De Bruyne y Guardiola silencian el Bernabéu

De Bruyne marcó un gol que da medio pase a los cuartos dde final

De Bruyne marcó un gol que da medio pase a los cuartos dde final / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Niños y hombres

En la previa, Ramos fue contundente: “Aquí es donde se ve a los tíos, a los niños hay que dejarlos a un lado”. Tuvo razón. El campo no miente: los niños fueron de blanco y los hombres, de negro. Guardiola profanó el Bernabéu apostando por un escudero (Gundogan) para proteger a Rodri y blindarse atrás.

Del resto se ocuparon Gabriel Jesús (fantástico) y Kevin De Bruyne, uno de los cinco mejores jugadores del mundo y una bestia competitiva. Isco golpeó primero, pero el City escondió sus defectos y potenció sus virtudes. Primero igualó y minutos después, se puso por delante. Amo y señor del segundo tiempo, el equipo de Guardiola desarticuló a un Madrid partido y endeble. El Bernabéu acabó mudo. La noche fue para Pep. Y ahora el madridismo, que se las prometía felices, levanta la cabeza y vislumbra a su enemigo público número uno, Messi.

Gol de oro

¿Imaginaban al Lyon sometiendo a la todopoderosa Juve? Quien esto escribe, no. Y sin embargo, si algo nos han enseñado estos octavos es que el papel de favorito en esta Champions es papel mojado. La Juve, programada para cualquier guerra, con la contundencia de CR7, la seda de Dybala, el muro de De Ligt, la brújula de Pjanic o la pizarra de Sarri, mordió el polvo. Y el Lyon, que a priori era víctima propicia, se sacó la piel de cordero y fue un lobo feroz. El gol de Tousart es oro.  

“Lewangolski”. Ni Messi, ni CR7, ni Mbappé. El crack de esta Champions es Robert Lewandoswki. A sus 32 primaveras, el polaco lleva 39 goles en 33 partidos y 11 goles en 5 encuentros en Europa. La “bestia” del Bayern firmó una secuencia digna del mejor Messi: marcó en su primer partido, anotó un doblete en el segundo, firmó otro doblete en el tercero, también marcó en el cuarto, anotó un “póker” en el quinto y ante el Chelsea firmó gol y dos asistencias. Lesionado en su rodilla, fuera por un mes, el fútbol le echará de menos. Gloria eterna a “Lewangolski”.