Brian Peña, Escola Barça en vena

Brian Peña, Escola Barça en vena

Brian Peña, Escola Barça en vena / sport

Albert Rogé

Albert Rogé

En la cantera del Barça siempre predomina un estilo de jugador con visión de juego, buen toque de balón y rápido en la ejecución. Pero no siempre son jugadores que son formados íntegramente en la Masia. También hay que llegan en la fase final de su formación. Este es el caso de Brian Peña, centrocampista que llegó este verano a las filas del Juvenil B.

El Barça no siempre se puede llevar a los jugadores deseados y a veces observa su formación desde la distancia mientras juegan en el RCD Espanyol. Con Brian Peña ocurrió así. En el conjunto azulgrana lo seguían desde hacía tiempo pero no terminaban de dar el paso. Fue Franc Artiga, que cogió el mando del Juvenil B a mediados de la pasada temporada, quién insistió en que su llegada era clave. Le hicieron caso y el resultado es excelente. Brian se ha convertido en uno de los referentes del conjunto azulgrana y gracias a su buen juego el equipo ocupa la primera posición en la Nacional.

Brian destaca por ser un jugador asociativo. Con ese aire brasileño que le aporta desparpajo en las conducciones y un gran repertorio de detalles técnicos. Sabe interpretar lo que el partido necesita en cada instante y tiene buena llegada a gol partiendo desde segunda línea. Para entender su juego, cabe echar la vista hacia atrás y ver dónde se ha formado. Criado en Vilafranca, allí empezaron sus pinitos con un balón de fútbol. A los cuatro años, ya pisaba el césped. En una de esas ocasiones, un entrenador se fijó en él y habló con su familia para ver si quería probar con ellos. Brian, muy tímido por esas fechas, aún recuerda las lágrimas que derramó en el vestuario momentos previos al primer entrenamiento. Eso sí, cuando saltó al campo, todos los males se le olvidaron. El balón le calmaba. La prueba fue bien y allí se quedó. A los seis años, fue a un campus del Barça. Su abuelo Antonio era el encargado de llevarlo y recogerlo cada día. Ese campus le abrió las puertas del conjunto azulgrana. No del club pero sí de la Escuela. Aunque no están unidas, la Escola Barça trabaja con los mismos mecanismos que en la Masia. Eso permitió a Brian progresar y potenciar sus cualidades. Tras cinco años, la Damm lo incorporó a sus filas. Ese año explotó todo lo que venía aprendiendo en la Escuela del Barça y se salió. Lo querían equipos como el Madrid, Valencia, Villarreal o el RCD Espanyol. Se decidió por los blanquiazules. Su sueño era jugar en el Barça y sabía que si destacaba en el Espanyol podría vestir la azulgrana. Y no se equivocaba.

En la cantera del RCD Espanyol estuvo tres años. Allí era uno de los jugadores más destacados y protagonizó grandes actuaciones en los derbis. El Barça, como hemos comentado, lo tenía en la agenda y este verano dio el paso. Un paso que tiene que Brian no olvida que se debe en gran parte a su familia. Al vivir en Vilafranca, sus padres Óscar y Cristina siempre lo acompañaban en sus viajes de tren. También su hermana Cristina. Un sacrificio familiar para que Brian pudiera cumplir su sueño.