Brasil, Dios y el dinero, el tridente de Neymar

Neymar, como buen brasileño, solo jura fidelidad absoluta a la 'seleçao'

Neymar, como buen brasileño, solo jura fidelidad absoluta a la 'seleçao' / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

De la revisión médica programada con el Real Madrid le arrancó una llamada de Sandro a ‘o pai do craque’. Y 40 millones de euros, que la telefonía en Brasil va cara. Del Barça puede extirparlo ahora el ‘amo’ del PSG. También previa llamada, se supone, y un cheque con algo más de 40 millones.

Al final, todo se reduce a lo mismo: un señor rico con un móvil a mano. Y al otro lado alguien que quiera escuchar, a modo de Teléfono de la Esperanza, pero con tarifa de línea erótica pasada de vueltas. Amor eterno a la ‘seleçao’, a Dios y al dinero. El tridente brasileño. Que cada uno dibuje su ecuación porque el orden de los factores no altera el producto. Los brasileños son así y toca aceptar que su amor interesado siempre acaba en desengaño: el “cariño” de Rivaldo, Romario el Breve, la traición de Ronaldo o las juergas de Ronnie. Toca Neymar. Nada nuevo. Un desmentido contundente habría podido alargar su historia culé, pero nada evitará el mismo final. Que pase por caja, vaya donde quiera y gracias por tanta belleza durante cuatro años. Que pase el siguiente, pero que nadie se enamore perdidamente o negará una evidencia convertida en realidad con el tiempo. No hay peor ciego que el de un beodo con gafas de culo de vaso que no quiere ver.