El 'Boxing Day', una tradición muy inglesa

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BOJAN KRKIC

Cuando fiché por el Stoke City noté desde el primer momento que esa jornada a la que llaman ‘Boxing Day’ era algo muy especial para ellos. No lo era aún para mí porque acababa de llegar a Inglaterra y echaba de menos reunirme con la familia alrededor de una mesa durante las fiestas navideñas. 

Por si fuera poco, recuerdo que el día antes de mi primer ‘Boxing Day, nos concentramos en un hotel de carretera cerca de Liverpool ya que jugábamos contra el Everton. Pasar allí el día de Navidad no entraba en mis planes, pues no era a lo que yo estaba acostumbrado, pero había que adaptarse. Al día siguiente jugábamos en Goodison Park y, una vez allí, empecé a descubrir que aquello no iba a ser una jornada más. Lo que viví superó todas mis expectativas. El 26 de diciembre es una fecha marcada en rojo desde que sale el calendario. Lo es por futbolistas y aficionados. Todos los estadios están llenos y muchos de los asistentes son niños que acuden por primera vez a ver a su equipo acompañados de sus padres.

Recuerdo que, pese a que nevó intensamente y hacía mucho frío, el ambiente en las gradas era espectacular. Además, tuve la suerte de marcar el único gol del partido y ganamos. Al año siguiente viví el ‘Boxing Day’ en casa junto a los seguidores del Stoke City. Fue espectacular. Logramos un 2-0 contra el Manchester United y marqué el primer gol. Aquel día entendí definitivamente por qué los futbolistas ingleses viven esa jornada de forma tan especial. Ver a grandes y pequeños con esa cara de felicidad fue una gran experiencia. Se trata de una festividad que solo se juega en el Reino Unido y, pese a que se ha intentado exportar a otros países, no ha funcionado. Italia, por ejemplo, lo probó en 2017 y 2018 con la Copa y la Serie A, respectivamente, pero, al contrario de lo que pasa en Inglaterra, había mucha menos gente de lo habitual. La razón es que el ‘Boxing Day’ es fruto de la tradición y viene de muy lejos.

De hecho, hay quien dice que su origen se remonta a la Edad Media y que ese día los nobles repartían regalos entre sus empleados. Más tarde, aquella jornada festiva acabó completándose con actividades deportivas que dieron un carácter lúdico a un 26 de diciembre que el paso de los siglos no solo no ha borrado, sino que ha potenciado. Intentar exportarlo a otras Ligas no creo que sea buena idea y así ha quedado demostrado. Supone un cambio demasiado radical para los jugadores, pero también para los aficionados. Parece que todos prefieren tomarse un respiro. Pero eso no significa que no podamos disfrutar del ‘Boxing Day’. Yo lo hice desde dentro y ahora lo sigo haciendo desde la distancia como cualquier otro aficionado. Sentarse a ver la Premier el 26 de diciembre es un placer y, también, una tradición.

DARSE UN RESPIRO ES SANO

Los futbolistas estamos obligados a vivir la profesión las 24 horas del día. Eso significa cuidarse al máximo a todos los niveles: alimentación, entrenamiento, descanso... Creamos rutinas con las que acabamos sintiéndonos cómodos y que, de hecho, se convierten en una necesidad. Pero eso no significa que, en fechas tan señaladas como las Navidades, no podamos darnos un respiro. No se trata de atiborrarse durante las comidas ni de hacer excesos, pero es incluso sano a nivel mental sentirse libre para tomar una copa de cava o comer algo más de lo normal. El trabajo durante todo el año nos permite hacer alguna excepción estos días.

MI AFICIÓN POR EL BALONCESTO VA A MÁS

El domingo llega el Madrid al Palau Blaugrana para medirse al Barça. Un Clásico que esta temporada se ha igualado tras los refuerzos que han llegado al equipo de Pesic. Todo sirve para atraer a más aficionados a un deporte que sigo desde hace tiempo y que cada día admiro más. El ambiente que se respira es sano y muy humano.