Bochorno en Lyon

Imágenes del grupo de radicales seguidores del FC Barcelona en Lyon el pasado martes

Imágenes del grupo de radicales seguidores del FC Barcelona en Lyon el pasado martes / Twitter / @UAccount2

Ernest Folch

Ernest Folch

Ayer conocimos, a través de diversos testimonios, que aficionados radicales del Barça protagonizaron incidentes graves en el desplazamiento a Lyon y convirtieron lo que debía de ser una fiesta en una “noche de miedo e intimidación” según relatan testimonios consultados por este periódico.

Socios y aficionados culés que se desplazaron a ver el partido de Champions de manera cívica y pacífica explicaron que vieron incluso amenazada su integridad por “jóvenes vestidos de color oscuro y con identificaciones de los Boixos Nois”, que insultaron a la propia afición blaugrana reiteradamente, aparte de exhibir bengalas (prohibidas expresamente por la UEFA) y proferir insultos continuamente.

El expresidente Joan Laporta denunció ayer que estos aficionados viajaron amparados por el Barça, un hecho que el club desmintió horas después, alegando que los radicales se habían desplazado a la ciudad por su propio pie y habían entrado al campo gracias a las facilidades que les dio la policía francesa.

Hay que creer al club cuando afirma que no les facilitó ningún soporte ni logístico ni de entradas, pero hay que exigir una investigación profunda de los incidentes justamente para que no vuelvan a suceder. Porque es inadmisible que la afición blaugrana que legítimamente viaja con el equipo para apoyarlo tenga que lidiar con situaciones desagradables con aficionados que dicen ser del Barça, pero que en realidad solo usan el fútbol como un mero instrumento.

Es inadmisible que la ‘gent blaugrana’  tenga miedo en un campo de fútbol y encima de su propia afición, y es muy triste que haya aficionados que confiesen que se les han pasado las ganas de viajar con el equipo. Y es intolerable que el escudo y los colores del Barça se mezclen con gente que intimida, insulta y va contra todos los valores que promueve la entidad. Lo que sucedió el martes en Lyon es un bochorno, y el Barça tiene el deber de poner todas las medidas para que no vuelva a suceder.