Bienvenido al mundo real, Quique

El nuevo proyecto de Quique Setién recibió ayer un valioso y necesario balón de oxígeno

Frenkie de Jong y Antoine Griezmann celebran tras marcar un gol en el partido de octavos de final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Leganés disputado en el Camp Nou.

Frenkie de Jong y Antoine Griezmann celebran tras marcar un gol en el partido de octavos de final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Leganés disputado en el Camp Nou. / Javi FERRÁNDIZ - SPORT

Ernest Folch

Ernest Folch

El nuevo proyecto de Quique Setién recibió ayer un valioso y necesario balón de oxígeno. El valor no fue tan tanto una victoria holgada y previsible, en casa y contra un equipo claramente inferior, como la capacidad de adaptación que ha tenido Setién tras el descalabro de Mestalla: el entrenador blaugrana demostró ayer que ha tenido la habilidad de corregir su apuesta inicial y adaptarla a la realidad. Quedó claro que Setién abandona la idea de un medio campo de toque puro, y tira de Arturo Vidal como la pieza clave que le da el equilibrio que necesita el equipo. La autocorrección siguió con la alineación de Lenglet, que había desaparecido incomprensiblemente a favor de Umtiti, y que ayer demostró que da a la defensa mucha más estabilidad y calma. El resultado es que ayer el equipo supo ser mucho más incisivo, sin renunciar al balón con el marcador a favor, pero vertical y rápido cuando había que serlo. Por si quedaba alguna duda, Setién corrigió el incierto 3-4-3 de Mestalla por el clásico 4-3-3. O lo que es lo mismo, renuncia al triple salto mortal que suponía un cambio de sistema en mitad de la temporada.

El remate fue que dejó fuera de la convocatoria a Riqui Puig e hizo entrar a Rakitic y Arthur en detrimento de Collado, un mensaje que recuerda inevitablemente al Valverde que priorizaba los equilibrios de vestuario antes de dar oportunidades a la cantera. El Setién 1 (Granada y Mestalla) romántico e ideológico dejó paso ayer al Setién 2, pragmático y posibilista, capaz de adaptarse a los jugadores que tiene con el sistema en el que juegan desde hace ya muchos años. O lo que es lo mismo, el barcelonismo dio ayer la bienvenida al mundo real a Quique Setién. Algún purista le podrá reprochar que ha renunciado a sus ideales y que recula hasta el mismo punto en el que el Barça estaba con Valverde. Pero la única verdad es que el equipo fue ayer mucho más vertical sin perder para nada su identidad. Rectificar es a menudo una muestra de inteligencia.

IMPERA EL SENTIDO COMÚN. Tal y como estaba anunciado tras el colapso de la ‘operación Rodrigo’, el Barça confirmó que, definitivamente, no fichará ningún delantero. Es una decisión lógica y sensata. Griezmann se encargó de darle la razón ayer a la directiva: marcó su tercer gol en la Copa y evidenció que al menos está capacitado para hacer esta función, eso sí, siempre que tenga Messi a su lado. La plantilla tiene carencias, cierto, pero intentar solucionarlas en el mercado de invierno era una temeridad que encima podía hipotecar el gran fichaje el próximo verano.