Bienvenido Leo, ¡ya te echábamos de menos!

Messi en el entrenamiento matinal

Messi en el entrenamiento / FCB

Lluís Mascaró

Messi volvió a entrenarse con el Barça. Su Barça. Porque el crack argentino, a pesar de la crisis que le empujó a buscar una salida precipitada del Camp Nou, es muy culé. Más que muchos otros de cuyo nombre prefiero no acordarme. Por eso, una vez superado el dramático episodio del burofax, es el primero en tener ganas de jugar y competir otra vez por todos los títulos. La ambición deportiva de Messi no puede cuestionarse. Ni antes. Ni ahora.

Durante más de una década ha sido el líder espiritual y futbolístico de un Barça que ha vivido agarrado a sus genialidades. Y siempre ha dado la cara en el campo, incluso en los peores momentos. Nunca se ha escondido. Y si estuvo a punto de abandonar el club (o, al menos, lo intentó) fue, precisamente, porque consideraba que ya no podía ofrecer su mejor versión al equipo. Se equivocaba. Por supuesto. La conexión Messi-Barça debe proseguir. Varios años más. Porque dentro de muy poco se irá Bartomeu y vendrá un nuevo presidente que, seguro, volverá a reilusionarle con un proyecto creíble que irá más allá de los “juegos malabares” y los parches. 

Mientras no llegue ese momento, Messi seguirá luchando para que su Barça, a pesar de las actuales circunstancias, vuelva a ser un equipo campeón. Y se subirá al barco de Koeman (”hay un entrenador nuevo y una nueva idea, eso es bueno”, aseguró en su polémica entrevista) para hacerlo posible. El entrenador y el capitán volvieron a reunirse ayer, dos semanas después de aquella cumbre en la que Messi ya sembró dudas sobre su futuro blaugrana. Y se hablaron claro.

El nuevo técnico quiere a Messi. Mejor dicho, necesita a Messi. Intentará crear un equipo para que el mejor futbolista del mundo se sienta cómodo en esta temporada que, aunque lo parezca, no puede ser de transición. Llegarán más fichajes. Y los jóvenes (especialmente Ansu Fati) aportarán savia nueva, ímpetu, intensidad e ilusión. Bienvenido a tu casa, Leo. Ya te echábamos de menos.