Cuando Benzema era un jugador sobrevalorado

Su figura enigmática generó equívocos desde que llegó al Madrid. Más allá de algún controvertido capítulo de su vida privada, Benzema no se ha esforzado en desmentir lo que dicen de él. El francés ha estado bajo sospecha incluso instalado en lo extraordinario. El debate no ha remitido hasta que el foco ha pasado del fútbol a los números. Y ahí, en lo inapelable de los datos, ha sido escogido el mejor de la Champions y opta al Balón de Oro.

A Benzema se la ha juzgado con el escepticismo que transmiten los jugadores que cuesta etiquetar. Primero, porque nunca fue un jugador con gestos de cara a la galería. Y, segundo, porque tampoco ha sido fácil de descifrar en el césped: ¿Es un '9' o es un '10'? ¿Un killer o un facilitador?

Sus primeros pasos en el Madrid apuntaron más a lo segundo. La presencia, primero, de Higuaín y más tarde Cristiano contribuyeron a la leyenda de que Benzema era muy bueno pero no tenía gol. De él se dijo que no le marcaba goles ni al arco iris o que no tenía la fiebre en el área de los grandes. Y se ha dicho desde Madrid.

Su figura polarizó durante años al aficionado del Madrid. El sector más crítico habló siempre de jugador sobrevalorado, coincidiendo sobre todo con la explosión goleadora de Suárez en el Barça. La comparación animaba el debate como si la contundencia del uruguayo casara mejor con el relato del Madrid y el fútbol esteta del francés con el Barça.

De aquello han pasado ya varias temporadas y la crítica al francés ha envejecido mal. Muy mal. Puede que nadie esperase la mejor versión posible de Benzema a los 34 años. Es probable que nadie anticipara sus números: 44 goles en 46 partidos (15 en 12 encuentros en la Champions). Pero el francés ha dejado de ser un jugador de culto para convertirse en el mejor nueve y medio de la Champions. Benzema ha tenido la influencia en el juego de los mejores mediapuntas y el picante de los arietes históricos.