Batacazos dolorosos y batacazos insuperables

Caras de tristeza del Barça tras la final de la Champions

Caras de tristeza del Barça tras la final de la Champions / Javi Ferrándiz

Danae Boronat

Danae Boronat

El diario L’Equipe titulaba en suportada del pasado domingo: ‘Francia 2 – 0 España’ unificando el éxito del Olympique de Lyon frente al Barça en la final de la Champions femenina y el del PSG reteniendo a su jugador franquicia frente al Real Madrid. Resulta curioso que dos situaciones de naturaleza tan distinta, la del aberrante multimillonario contrato de Killian Mbappé y la del fútbol femenino, se sitúen en el mismo plano cuando la finalidad es actuar como arma arrojadiza contra el país vecino. Como periodista, me sonroja el fin y me sorprende la forma.

Hay tamaña desemejanza entre el batacazo del Real Madrid, más concretamente el de su presidente, y el del FC Barcelona en Turín, que la mezcla de ambos es manifiestamente más grotesca que la de las churras y las merinas. Por citar sólo algunas de las diferencias, mientras ellas eran plenamente conscientes del peligro de las 7 veces campeonas de Europa, que llegaban heridas en su orgullo, y jamás se sintieron vencedoras, el mandamás blanco y sus secuaces vendieron la piel del oso antes de cazarlo. Mientras en el Bernabéu asumen de golpe que el poder, lícita o ilícitamente, está definitivamente en manos de otros, ellas confirman que ya no hay esa distancia abismal de 2019 y que el sorpaso definitivo es posible.

Perder una final contra un equipo que te aventaja en presupuesto y experiencia puede entrar en los planes, perder en los despachos contra un club que deportivamente está a años luz de ti es menos digerible. El proyecto del Barça femenino se basa en un colectivo y una forma de jugar y es sólido si se mantiene como apuesta firme de la entidad. Sin embargo, el proyecto de Florentino Pérez se ha hecho añicos porque lo fió todo a un nombre, al talento indiscutible de un jugador cuya palabra carecía de valor. El Barça sufrió el poderío del PSG con Neymar por el que pagaron 222 millones de euros y entonces los que ahora lloran eran los que reían obviando el sabio refranero y aquello de cuando las barbas de tu vecino veas cortar… . El Madrid, por lo inesperado, queda desnortado, en la lona, y no tendrá consuelo. Un batacazo institucional difícilmente superable ya que con Haaland en el Manchester City no existe otro a la altura del francés.

El Barça femenino pretende levantarse del revés, que lo fue, ganando la Copa de la Reina. El fútbol da la oportunidad a las de Jonathan Giráldez de cambiar rápido el foco y resarcirse en las semifinales de hoy ante el Real Madrid en otro reto de máxima exigencia. Quieren desprenderse de la sensación de haber fallado en el momento clave, de no haber competido a su mejor nivel ni al nivel que exigía el choque, y reponerse de un doloroso pero asumible batacazo.