El Baskonia no está para bromas

CON EL AGUA AL CUELLO

Demasiado sufrimiento. El Andorra ha sido capaz de poner al límite del precipicio a un Barça que ha jugado con fuego. Un sinsentido. Los andorranos han estado a un gran nivel, en parte por su buena dinámica, pero también por las facilidades que han dado los blaugrana. Cuesta de entender que, con lo que estaba el juego, los hombres de Pesic no tuvieran una mentalidad más adecuada. Es cierto que la baja de Oriola, la falta de ritmo de Sanders, y las dudas que muchos jugadores provocan en Pesic, ha hecho complicado tener una buena consistencia en el juego. Ello ha provocado que, en situaciones límite, la rotación fuera muy corta. Algo que a estas alturas de temporada no es bueno. Al final el Palau volvió a decidir. Pero los problemas físicos parece que se incrementan. No parece que Oriola esté para las semifinales, y Pau Ribas puede ser otro damnificado. Los problemas se acumulan en el vestuario del Barça.

PALABRAS MAYORES

El Baskonia de Pedro Martínez está pletórico. Da la sensación de que llega al momento de la verdad en un estado anímico y de juego óptimo.Por tanto, el Barça no se puede permitir la más mínima debilidad. El hecho de no contar con el factor pista hace aún más complicado el reto de llegar a la final. Pero, por otra parte, éste debe ser el objetivo irrenunciable para poder afirmar que el Barça está en el camino de superar una travesía del desierto que ya dura en exceso. El Baskonia es un equipo que domina muchos factores del juego. Su capacidad para jugar con velocidad en las transiciones y, a la vez, tener paciencia en ataque es muy destacable. Tiene un gran equilibrio entre su juego interior y su perímetro. Sus jugadores pueden ser, a la vez, duros en defensa y muy certeros ofensivamente. Les gusta mandar en el ritmo de juego, son perseverantes en el rebote, y tienen carácter. Todo un hueso. Veremos, no obstante, si el favoritismo que todos otorgan al Baskonia les pasa factura. Sólo el mejor Barça tendrá opciones de éxito.