Las bases de un nuevo círculo virtuoso

Laporta, en su discurso de campeón electoral

Laporta, en su discurso de campeón electoral / Javi Ferrándiz

Albert Sáez

Albert Sáez

Una de las personas que mejor ha explicado el nexo entre lo deportivo y lo económico en el fútbol contemporáneo ha sido Ferran Soriano, antes en el FC Barcelona y ahora en el Manchester City. La suerte económica de los clubes depende de si entra la pelota, pero la falta de títulos no tiene que llevar necesariamente a la ruina si se salva la tentación de endeudarse con grandes fichajes que se tengan que pagar se gane o se pierda. El nuevo equipo de Joan Laporta al frente del club se enfrentará en las próximas semanas y meses a ese dilema. Lo primero, es obvio, es aclarar el futuro de Messi, tanto por razones deportivas como económicas. E inmediatamente poner en marcha una operación salida en toda regla como la que se hizo en el 2003. Con eso aclarado y con el resultado de la auditoría económica será el momento de fichar en un mercado muy contraído con motivo de la pandemia, pero también por el estallido de la burbuja de los clubes estado.

La buena noticia de la semana de cara a lo que viene es que el arranque de un nuevo círculo virtuoso se puede hacer aprovechando la columna vertebral que está creando Koeman con los retales que le dejó la anterior junta. La primera parte frente al PSG nos mostró un equipo competitivo al que le faltan algunas piezas fundamentales y le sobran otras, pero hay una base sobre la que construir con la ventaja que la mayoría de los que sobran son los que cobran un salario como si el Barça ganara cada año una Champions como las de antes. Esa es la base del círculo vicioso del que debemos salir y del que el equipo de Laporta nos debe librar. Un doblete de Liga y Copa ayudaría mucho a ordenar ese proceso y a hacerlo más comprensible para los aficionados. Pero en cualquier caso será duro. Se parecerá bastante a aquella primera temporada tras la victoria del 2003 cuando un fichaje de invierno, Edgar Davids, dio a la nueva junta el crédito que necesitaba para saltar del círculo vicioso al virtuoso. Desde entonces, sabemos que vale la pena esperar.