Bartomeu, frente al alien del 'Barçagate'

El turbio asunto del ‘Barçagate’, un alien que ha entrado en el Barça y va devorando pasajeros mientras avanza, está cerca de llegar a su fin. Josep Maria Casanovas avanzaba en SPORT este domingo que las conclusiones de la auditoría (todavía inconclusa pero en su fase final) apuntan a dos confirmaciones rotundas: los trabajos de i3 Ventures, la empresa que recibió el dudoso encargo de monitorizar redes sociales y terminó por difamar a jugadores y miembros de la oposición, estaban fuera de mercado, y las facturas fueron efectivamente troceadas, se supone que con la finalidad evidente de saltarse el control de la Comisión Delegada.

Hoy Xavi Torres cuenta también en este periódico que hubo un intento de pasar a La Masia una de las facturas, a nombre de Tantra Soft SL. Lo que es cierto, como admiten en público y en privado ejecutivos, directivos y hasta el propio presidente, es que estamos delante de, como mínimo, una chapuza monumental, y un tiro al pie tan grotesco como inútil.

El ‘Barçagate’ ha hecho tanto daño al gobierno y a la imagen del club que sin él no se entenderían muchas de las crisis sucesivas que han sacudido últimamente a la institución, incluida la dimisión del vicepresidente Rousaud y de cinco directivos más. El presidente Bartomeu está a punto de remodelar profundamente la junta y el club en una crisis de gobierno con muy pocos precedentes.

Ahora bien: solo saldrá del atolladero donde está hasta que no se expliquen las conclusiones de la auditoría y se depuren responsabilidades. Las conclusiones exigirán inevitablemente decisiones y no se entendería que no rodaran cabezas. Bartomeu tiene claro que va a llegar hasta el final de su mandato, dentro de un año. Pero para evitar que sea una agonía tiene que explicar antes qué es lo que pasó y quién es el responsable. O lo que es lo mismo: cuando termine la auditoría tiene que matar el alien del ‘Barçagate’ con transparencia y firmeza antes de que lo devore también a él.