Bartomeu cierra filas y se encomienda a la pelota

Bartomeu vive horas complicadas

Bartomeu vive horas complicadas / VALENTÍ ENRICH

Ernest Folch

Ernest Folch

Bartomeu, como no podía de ser otra manera, aplaza el apocalipsis. Sin comparecer públicamente y sin un plan a largo plazo, pero al menos el presidente del Barça tomó ayer dos decisiones correctas: llamó a Abidal y a Messi para empezar a atajar el conflicto, y optó por la cordura y decidió acertadamente no destituir al secretario técnico después de escuchar sus razones en una reunión a solas.

Quedan muchos y muy graves problemas de fondo no resueltos, y la mayoría le atañen a él como presidente y también como vicepresidente deportivo (el cargo que un día asumió medio en broma y que se le ha girado en contra como un boomerang), pero no quedaba otra que cerrar filas y apelar a la unidad y el sentido común. Por una sencilla regla de tres, los que llevan días disparando contra Abidal deberían darse cuenta de que en realidad disparan también contra Bartomeu. Básicamente porque es imposible aislar la responsabilidad de Abidal sin comprometer al presidente, a menos que se haga un juego de malabares que difícilmente entendería el aficionado del Barça. Por eso, la única salida ayer, en medio de la crisis, era la que fue: seguir confiando en Abidal, tratar de dar por terminada la pelea, y cerrar filas. De momento el plan de Bartomeu es el único posible y consiste en tratar de sobrevivir y que escampe el temporal.

Al quedarse Abidal, Bartomeu asume una parte de la presión. La otra parte se la traslada a los jugadores, que hoy están obligados a ganar en un partido muy serio y en un marco solemne. Porque lo cierto es que esta eliminatoria de Copa es otra de las víctimas colaterales del incendio Abidal-Messi. Aunque parezca mentira, el Barça se juega hoy un título, a partido único, en uno de los escenarios más exigentes que se conocen. Es decir, el Barça se encomienda a la pelota. Habrá que ver si una vez más, como ya ha sucedido tantas veces en las últimas décadas, se logra una victoria que lograría a buen seguro minimizar los líos internos.