Bartomeu busca su segundo Anoeta en medio del desgobierno

La derrota del Barça en la Supercopa, demasiada parecida a las debacles de Roma y Liverpool, provocó la pérdida definitiva de confianza de Bartomeu en Valverde, un entrenador que en estos momentos es sencillamente un ‘zombi’, a la espera de la sentencia final. Rac1 avanzó que el Barça estaba negociando con Xavi, una información que el club intentó negar difundiendo una foto de una reunión con Dembélé, una maniobra burda que no ha servido para tapar la verdad: el Barça ha ofrecido a Xavi entrenar al club desde ahora mismo y por dos años y medio.

Lo cierto es que Xavi fue el primer sorprendido de que Abidal y Oscar Grau le hicieran una oferta, puesto que el carácter inicial del encuentro era simplemente una toma de contacto sin ninguna finalidad concreta. La oferta sobrevenida de Grau y Abidal en Doha, que no estaba en el guión, demuestra que en realidad estamos ante un bandazo de Bartomeu, hecho desde la improvisación más absoluta. De hecho, Valverde ya fue indultado en el mes de mayo después de que una parte de la junta hubiera decidido su destitución, una prueba de que en realidad el club nunca ha creído en Valverde. Los motivos que se alegan internamente ahora para destituir a Valverde (connivencia con los jugadores, falta de reacción, nulo intervencionismo, alejamiento del modelo) estaban igual de vigentes después de Liverpool, algo que vuelve a confirmar que una decisión tan trascendente se toma sobre la marcha y en medio de un evidente desgobierno, en el que el club ha perdido el control de la comunicación y va a remolque de todo tipo de rumores.

No hace falta ser Sherlock Holmes para adivinar que en la oferta a Xavi hay una intención electoral de desactivar a Victor Font, hoy principal alternativa que contaba con el de Terrassa como una piedra angular de su candidatura. Pero ojo, porque esto es fútbol, el lugar donde los acontecimientos dan giros sorprendentes en tiempo récord, y no sería la primera vez que un equipo remonta y lo gana todo después de una sacudida de estas dimensiones. Parece que Bartomeu busca con esta catarsis un segundo Anoeta, tras el cual llegó un triplete. De momento atémonos los cinturones porque vienen curvas.